En Aguascalientes se afinan los instrumentos y gargantas para el comienzo de la Feria Nacional de San Marcos (FNSM), en la que se conmemora al patrono de la ciudad, se baila al ritmo de la tambora, por decenas de miles de veces se grita: “¡Viva Aguascalieeeentes!”, se canta la lotería tradicional y los olores de las enchiladas típicas y el cabrito fluyen por las calles.
“La primera feria comenzó en 1828 como un escaparate comercial, dentro de los festejos del Santo Patrono de la ciudad, después siguió con las llamadas vendimias en El Parián y después se concentró en el Jardín de San Marcos, que es el marco principal de una ruidosa y alegre celebración”, dice María Muñoz, vecina de la colonia San Marcos. La mujer de 78 años recuerda que en el jardín desgastó sus tacones al ritmo de la tambora, y en su juventud, el padre de sus hijos la conquistó.
“Ahora es raro que los muchachos regalen flores, pero sigue la música, la comida tradicional y el gusto de la gente es el mismo”, dice.
La feria ha crecido mucho, cuenta. A María la energía le alcanza para asistir a misa, el 25 de abril, día del apóstol San Marcos, y después desde una de las bancas del jardín ver a la gente caminar.
“¿Bailar?.. ¡nomás los ojos!”, bromea. Hasta su casa, en la calle San Marcos, escucha la algarabía.
Jorge López Martín, presidente honorario de la feria de San Marcos, destacó la hospitalidad de “la gente buena” de Aguascalientes.
Del 20 de abril al 12 de mayo, la verbena ofrece el servicio de una guardería del DIF estatal y cuenta con una terraza del adulto mayor, más de 2 mil espectáculos culturales, ganaderos, artísticos, deportivos y de entretenimiento.
Los organizadores esperan 8 millones de visitantes; de ellos, más de 158 mil en la Monumental Plaza de Toros y más de 410 mil en el foro de las Estrellas, en la presentación gratuita de artistas famosos.
Esta es la feria más importante de Latinoamérica y una de las 10 principales del orbe. “Es una feria que hacemos las familias de Aguascalientes para toda la población del mundo”, dice López Martín.