Chilpancingo.— La crisis por la inseguridad en Chilpancingo continúa: el transporte público a la comunidad de Petaquillas y a los municipios de Quechultenango y Mochitlán siguen suspendidos, así como a las 20 colonias de esa parte de la capital de Guerrero.
La suspensión se dio ayer por segundo día consecutivo, lo que generó que decenas de pobladores de Petaquillas, de los municipios de Quechultenango, Mochitlán y las colonias del sur de la capital, tuvieran jornadas largas por la falta del transporte. Por el corredor de Petaquillas al punto conocido como Parador del Marqués, decenas caminaron para llegar a sus trabajos y escuelas en en la ciudad.
Asimismo, la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) anunció la suspensión de clases presenciales en la Escuela Superior de Ciencias Naturales hasta el próximo lunes, por su cercanía a la comunidad de Petaquillas.
El transporte público se suspendió tras una intensa jornada de violencia en la capital, la cual incluyó varios asesinatos durante la tarde del lunes.
En cuanto cayó la noche, comenzaron los ataques al transporte público. Varias unidades fueron quemadas, situación que se extendió hasta la mañana del martes pasado.
La tensión aumentó al mediodía, puesto que cinco patrullas con unos 35 soldados del Ejército, Guardia Nacional y policías estatales fueron retenidas por pobladores de Petaquillas mientras realizaban recorridos.
Los militares y funcionarios del gobierno del estado estuvieron retenidos nueve horas y, cuando los liberaron, los pobladores los apedrearon.
Petaquillas es una de las principales entradas hacia el municipio de Quechultenango, el bastión de la organización criminal Los Ardillos.
Ayer, la tensión en los alrededores de Petaquillas continuaba: soldados del Ejército, la Guardia Nacional y la policía estatal vigilan el poblado.
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