Más Información
Videojuegos, el nuevo gancho del crimen para captar menores; los atraen con promesas de dinero y poder
Óscar Rentería Schazarino, ha operado contra CJNG, Viagras y Templarios; es el nuevo secretario de Seguridad en Sinaloa
Oaxaca de Juárez.– A una semana de anunciarse la disolución de la mancomunidad y el inicio del diálogo entre San Pedro y San Pablo Ayutla y Tamazulápam del Espíritu Santo, comunidades ayuujk (mixes) de la Sierra Norte de Oaxaca que por años han mantenido un conflicto agrario que derivó en el despojo de una manantial a la primera, de parte de un grupo armado de la segunda, este jueves se llegó a un acuerdo de distribución del agua.
Dicho acuerdo contempla las condiciones con las cuales se restablecerá el suministro del manantial a ambas comunidades, lo anterior luego de que por más de cuatro años se le negó el acceso al agua potable a unos 3 mil habitantes de la cabecera municipal de Ayutla, como resultado del despojo cometido el 5 de junio de 2017 por un grupo armado de Tamazulápam, que se apoderó del manantial y de las tierras donde se asienta.
Estos acuerdos son resultado de una batalla legal iniciada por 78 comuneros y comuneras de Ayutla, quienes desde agosto de 2017 interpusieron una amparo ante la ley federal, mismo del cual se emitió una sentencia definitiva, dictada por el Juzgado Tercero de Distrito, dentro del expediente 795/2017. Dicha sentencia fue ratificada por el Tribunal Colegiado, pronunciamiento que les fue notificado legalmente al gobierno de Oaxaca el pasado 9 de julio de 2021.
La sentencia ordena al Gobierno de Oaxaca, a la Secretaría General de Gobierno (Segego), a la Comisión Estatal del Agua y al Organismo Cuenca Pacífico Sur de la Comisión Nacional del Agua “respetar, proteger y hacer cumplir” el derecho humano al acceso al agua y garantizar la reconexión.
Tras señalar en un primer momento que no había condiciones para acatar la sentencia, hace una semana amabas comunidades anunciaron el inicio del diálogo y el convenio de la disolución de la mancomunidad, una figura por la cual el territorio de ambas comunidades permanecía vinculado.
Luego de ese anuncio, este jueves el gobernador Alejandro Murat dio legalidad a la firma del convenio de disolución de mancomunidad, mismo que fue avalado por las asambleas de ambas comunidades, y que “fue posible gracias a la voluntad de la gran mayoría de la población de alcanzar la paz y establecer las condiciones necesarias para el progreso”, informó el Gobierno de Oaxaca.
“Este hecho histórico que pone fin a un longevo conflicto de naturaleza agraria, da fe de la voluntad del Gobierno de Oaxaca de acompañar a las comunidades en la solución de sus conflictos sin faltar el respeto a su autonomía y capacidad de autodeterminación”, agregó.
Se concreta el despojo
Aunque dichos acuerdos son respaldados por las asambleas de ambas comunidades, ayer comuneros y comuneras de Ayutla expresaron su inconformidad con el acuerdo de disolución de la mancomunidad con Tamazulápam, ya que denunciaron que no fueron tomados en cuenta, y fueron amenazados por parte de sus autoridades.
En una rueda de prensa convocada en la ciudad de Oaxaca, reclamaron que las autoridades municipales de Ayutla “olvidaron” tomarlos en cuenta como afectados del despojo de sus tierras durante la agresión que sufrieron en 2017.
“Grande fue nuestra sorpresa al escuchar que el acuerdo consistía en el establecimiento de una colindancia donde nuestras tierras serían cedidas a la comunidad de Tamazulápam, que el manantial quedaría como parte del territorio de Tamazulápam y que además tendríamos que ceder otra fracción de tierras para la colocación de la tubería para conducir por gravedad el agua a Tamazulápam”.
Denunciaron que, aunque las autoridades municipales han expresado que actúan con el respaldo de la comunidad, las asambleas comunitarias han dejado de ser espacios de análisis y acuerdo y se han convertido en simples reuniones informativas, mientras que las decisiones las toman algunos integrantes del Cabildo.
Exigieron que se cumpla con la sentencia de reconexión al agua dictada por el Juez Tercero de Distrito, que sean respetadas sus tierras, así como el manantial, y no se entreguen a Tamazulápam “con tal de arreglar el problema agrario”.