Reynosa.— Alrededor de 10 niños migrantes de El Salvador, Honduras y México están siendo atendidos en Reynosa, luego de que sus padres cruzaran a Estados Unidos y los dejaran en esta frontera, dijo Héctor Silva, director del albergue Senda de Vida.
Añadió que este fenómeno se presenta, y les preocupa, debido a que la aplicación CBP-ONE no permite el registro de familias completas: “Aquí no se les pide que dejen a los niños, sus padres los están dejando, a veces, con algún amigo o familiar que no haya cruzado y en el peor de los casos, los dejan aquí en el albergue, pero no es lo recomendable”.
El director del albergue indicó que por motivos humanitarios no pueden dejar a los niños a la deriva, por lo que se busca, con el Sistema DIF, que puedan ser llevados a una de las casas-hogar municipales. “Lo ideal sería que dejen entrar a la familia completa, que no dejen a nadie en la ciudad, pero estamos viendo que se están separando, comenzamos a ver este fenómeno y nos preocupa, muchas veces los dejan en el puente para que ingresen los niños, pero no se les recibe”, comentó Héctor Silva.
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“No pienso dejarlos en la calle”
Desesperada y bañada en llanto, Izy Monroy, migrante hondureña, se niega a abandonar a sus tres hijos en esta frontera luego de que la aplicación CBP-ONE —por medio de la cual busca obtener asilo en Estados Unidos— no está registrando a familias completas y sólo permite el acceso a mayores de edad.
Izy cuenta que su esposo Víctor Rodas obtuvo cita ante la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y le pidieron documentos de su esposa e hijos, por lo que juntos acudieron al Puente Internacional Reynosa-Hidalgo. Para su sorpresa, únicamente Víctor pudo cruzar a Estados Unidos para recibir asilo ya que les informaron que los registros son individuales.
Ante esto, Izy tuvo que regresar al albergue Senda de Vida 2, donde nuevamente se registró en la aplicación, pero no pudo ingresar los nombres de sus hijos.
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“Me registré y me dio cita, fui muy de madrugada y al llegar me dijeron que los niños no pueden pasar, que tenía que dejarlos en México y cuando estuviera en Estados Unidos, los ingresara en la aplicación de uno en uno, y cuando me dieran la cita, alguien me los llevara al puente”.
Ante la negativa de abandonar a sus hijos, esta joven mujer perdió la oportunidad de ser recibida en la U nión Americana, por lo que tendrá que aplicar nuevamente, si es que desea alcanzar a su esposo.
“Me dicen que deje a los niños, que es más fácil que ellos entren si los papás están ya arreglados, pero no tengo corazón para dejarlos, no tengo familia aquí y no pienso dejarlos en la calle”.
Pequeños se quedan solos y tristes
Geovanni, de 11 años, se siente triste ya que sus padres decidieron dejarlo al cuidado de una conocida con el fin de poder cruzar a Estados Unidos.
“Se fue primero mi papá, luego mi mamá me dijo que me iba a quedar con una muchacha que vino con nosotros de El Salvador; ella me cuida, pero pronto se va a ir y me voy a quedar aquí hasta que mis papás regresen”.
Comenta que tiene miedo, pues desconoce quién se encargará de cuidarlo, pero sabe que quienes viven en Senda de Vida son una gran familia.
“El pastor de la iglesia me dice que aquí me van a cuidar, que hay más niños que se quedaron sin sus papás.
“Sí estoy triste, pero mis papás van a venir por mí, no me puedo quedar aquí siempre”.
A su corta edad, no sabe mucho de leyes; sin embargo, pide a las autoridades de Estados Unidos que modifiquen la aplicación para que las familias puedan mantenerse unidas.
“Yo sé que Estados Unidos puede darnos permiso de pasar para ir con nuestros padres, yo pido que sea pronto porque aquí somos muchos niños que nos estamos quedando solos y estamos muy tristes”.
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