Guanajuato.— A dos años de la detención de José Antonio Yépez Ortiz , El Marro, fundador del Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL), la organización mantiene el control en la zona Laja-Bajío, en Guanajuato, en alianza con el Cártel de Sinaloa, y libra una guerra por la plaza con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Los herederos de El Marro retomaron fuerza en el municipio de Villagrán, que en marzo de 2019 fue intervenido por elementos de la Marina y fuerzas del estado, donde se ubica la comunidad de Santa Rosa de Lima, que fue centro de operaciones de Yépez Ortiz.
David Saucedo, especialista en Seguridad Pública, señaló que el discurso oficial de que con la detención El Marro se había logrado extirpar al CSRL fue sólo narrativa.
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La madrugada del 2 de agosto de 2020, fuerzas federales y estatales detuvieron a Yépez Ortiz en la comunidad de Franco Tavera, municipio de Juventino Rosas, oculto en una finca de crianza de gallos; a la fecha permanece en el penal de El Altiplano.
Adán Ochoa, El Azul, presunto compadre de El Marro, tomó el mando de la organización, pero fue detenido dos meses después. Otro cabecilla, Fernando “N”, El Ranchero, fue capturado el 21 de mayo de 2021; el 8 de octubre del mismo año cayó Fernando Emmanuel, alias el El Panther, identificado por la Fiscalía General del Estado de Guanajuato como líder operativo del CSRL.
Sin embargo, tras la aprehensión de El Marro, el CSRL fortaleció sus capacidades operativas por los refuerzos que recibió de células del Cártel de Sinaloa, con gente de Los Salazar, y en parte porque el CJNG redujo el número de efectivos que tenía en Guanajuato para desplazarlos hacia Michoacán, explicó el analista.
“Las fuerzas del CJNG responden a un mando regional que no se mueve con base en lo que ocurra únicamente en Guanajuato. Entonces, si el Cártel Jalisco reduce los efectivos en Guanajuato, y el Cártel de Sinaloa manda tropas hacia el CSRL, evidentemente hay un contraataque de las fuerzas de los herederos de El Marro”.
El Cártel de Sinaloa detectó que era muy redituable para ellos lanzar una guerra de guerrillas en contra del CJNG, que a su vez cuenta con apoyo de sicarios a sueldo del Cártel de los Arellano Félix, describió Saucedo.
En ese enfoque, explicó que en Guanajuato las decisiones no dependen tanto del grupo local, sino que las toman los varones de la droga en otros estados; depende de lo que se decida en Culiacán y en Tlaquepaque.
En su análisis, la secretaria ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Sophia Huett López, ha dicho que en la organización local que surgió en la comunidad de Santa Rosa, Villagrán, “no ha podido consolidar un nuevo liderazgo”.
“Prácticamente, cuando surge un nuevo liderazgo se ha ido deteniendo en operativos conjuntos o tareas de inteligencia”.
Con base en un mapa de la guerra entre los grupos criminales en Guanajuato, elaborado por David Saucedo, el Cártel de Santa Rosa de Lima tiene el dominio en ocho municipios: Acámbaro, Villagrán, Juventino Rosas, Tarimoro, Cortazar, Santiago Maravatío, Moroleón y Yuriria.
En disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el CSRL están Celaya, Salamanca, Irapuato, Guanajuato capital, los Apaseos, Salvatierra, Comonfort y Jerécuaro, agregó el analista.
Recordó que el cártel que fue de El Marro llegó a controlar 16 municipios de la entidad, y en las siguientes semanas se podría expandir a la ciudad de Guanajuato y recuperar Silao.
Expuso que el CJNG tiene ahora más territorio, con 16 municipios bajo su control, “y está avanzando”; además tiene presencia en otras ciudades, pero no el dominio.
“Hay muchos movimientos en el bajo mundo de la delincuencia en Guanajuato”, dijo.
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La aparición de cartulinas con las siglas de la delincuencia organizada ha sido documentada en los registros de corporaciones policiales en masacres, como ocurrió en el ataque al hotel Gala, y dos bares en la colonia Vista Hermosa de Celaya, en donde los agresores dispararon, derramaron gasolina e incendiaron los negocios, lo que dejó 11 personas muertas, ocho de ellas mujeres.
En la tercera semana de julio, la fiscalía levantó cartulinas con mensajes intimidatorios en tres hallazgos de restos humanos y personas sin vida en Celaya y Villagrán, con las siglas de los grupos en disputa.
Los grupos criminales han mostrado su expresión en mantas en las que plasman amenazas a corporaciones policiales, como lo hicieron en Irapuato, Abasolo y Pueblo Nuevo, durante la primera semana de junio pasado, algunas con la firma de “Gente Guanajuato”.
De enero al 2 de agosto de este año, 26 policías y ocho expolicías fueron asesinados en ataques armados y emboscadas; además, al menos 13 resultaron heridos, entre ellos tres agentes de Investigación Criminal del estado, en la explosión de una bomba en una casa de la colonia Emiliano Zapata de Irapuato, el 28 de julio. Además de un policía municipal de Celaya la tarde de ayer, cuando iba a cargar gasolina.
El encarcelamiento de El Marro tampoco acabó con el robo de hidrocarburos, como se da cuenta en los reportes semanales de seguridad del estado.
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