Desde hace algunas semanas, la actriz Zuria Vega alista junto a su colega Nacho Tahhan y Alejandro Calva un nuevo reto actoral, la obra Siete veces adiós.

Lo hace en un entorno más reposado que hace 18 años, cuando inició su carrera artística, en la que no ha tenido miedo de recorrer muchos terrenos, ya sea en televisión abierta, cine, teatro y series de streaming, además de un mundo que ha cobrado relevancia: el podcast.

“En verdad, nunca he trabajado para los demás, creo que cuando uno trabaja por el resultado, éste no va a ser el que estás esperando. Tienes que hacer los proyectos que a ti te hagan sentido, que a ti te hagan feliz, donde tú te reconozcas, que sean cosas que tú quieras contar y dar voz, justo ahí viene la satisfacción”, explica la actriz.

Ser hija del actor Gonzalo Vega, fallecido en 2016, sin duda ha contribuido a esa visión. Zuria se ha diversificado de muchas formas: como una boxeadora en la serie Cloroformo; una esposa que debe lidiar con los suegros en la telenovela Mi marido tiene familia; siendo una joven que se enfrenta a lo paranormal en el filme Más negro que la noche; o una mujer que rompe las reglas y demuestra la fortaleza de su género en su reciente serie Las pelotaris 1926.

Incluso prestó su voz a las miles de desaprecidas en México en el podcast Diez Mujeres.

“Me reconozco en esos proyectos, son cosas que a mí me hacen sentido, porque más allá del resultado tú estás siendo congruente entre lo que quieres hacer y lo que estás haciendo, eso me produce la mayor satisfacción”, indica.

Al igual que su padre, quiere seguir labrando un camino firme dentro del teatro, donde ha participado en exitosos montajes como No sé si cortarme las venas o dejarmelas largas, Sin cura, Los bonobos y Network, por mencionar algunos.

“Pocas cosas en la vida me ponen tan feliz como estar en un escenario. Desde ir a un ensayo: es donde como actriz puedo perfeccionar mi profesión, donde puedo redescubrirla, donde recuerdo porqué elegí esta carrera. El teatro es una celebración de la vida”.

En Siete veces adiós, que estrena a partir del 21 de abril, mostrará las diversas etapas del amor en pareja, cuyo desenlace no siempre es como el de los cuentos de hadas.

“El amor es libertad, es dolor también, es entrega, es pasión, es miedo, y sí creo como dice un texto, el amor mueve al mundo, en todas sus expresiones, no sólo el de pareja”.

Cómplices en el amor

Zuria había decidido descansar un año del teatro, al haber ligado dos obras en 2022, Blue room y Network, pero asegura que esta historia la buscó a ella.

Más allá de que en el terreno del amor le vaya bien —está casada con el actor Alberto Guerra—, afirma que este tema es parte de su fascinación: “Creo que todos hemos tenido separaciones dolorosas, yo hace mucho que no lo vivo porque tengo 10 años con mi esposo, pero sin duda a todos nos han roto el corazón y yo lo he roto”.

Zuria cree que los pensamientos tienen mucha fuerza, porque el día que vio por primera vez Siete veces adiós imaginó que sería maravilloso estar en la puesta en escena.

“Inconscientemente sembré la semilla de quererla hacer; en diciembre me buscaron para que me incorporara pero los tiempos se nos acomodaron para esta temporada que empieza en abril, así que estoy muy contenta y emocionada porque es un proceso que he disfrutado mucho”, señala.

Zuria dice que Alejandro Calva y Nacho Tahhan le representan un perfecto balance ya que además de tener tiempo queriendo trabajar con ambos, son actores que ella admira.

Nacho, quien es su pareja en la historia, destacó el trabajo en conjunto: “Esto es un regalo, me gusta mucho el proceso de ensayo, los procesos de interacción”, opina.

La puesta en escena se presentará en el Teatro Ramiro Jiménez, en Coyoacán. Es una idea original de Alan Estrada, Jannette Chao, Vince Miranda y Salvador Suárez.

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