Espectáculos

Yoshio era el gran romántico del Festival OTI

Los intérpretes que compitieron al lado del cantautor mexicano, que hoy cumpliría 71 años, recuerdan con cariño su calidad humana y artística

El intérprete participó en el Festival OTI, en 1981, con el tema “Lo que pasó, pasó”, con el que triunfó. Foto: Archivo/EL UNIVERSAL
15/10/2020 |01:12
Araceli García
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Para que no le duela tanto la partida de su amigo Yoshio, la cantante Arianna ha preferido en estos meses imaginarlo en su casa y con su familia, tan alegre y positivo como era.

El cantante mexicano que hoy cumpliría 71 años falleció el pasado 13 de mayo como una de las víctimas de Covid-19.

“Fue uno de los primeros que se nos fue con este malvado virus”, comenta Arianna.

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Yoshio dejó a su esposa Marcela y cuatro hijos, y proyectos que se detuvieron por la pandemia y que incluían fechas pendientes en EU y un viaje planeado a Japón, recuerda Arianna.

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“Nos deja un legado maravilloso de esfuerzo, trabajo, talento. Él se quedará en la memoria de todos como el gran romántico”.

Yoshio era el gran romántico del Festival OTI

“Fue triste saber que se fue, sabíamos que era un hombre sano, no fumaba, no era un hombre que tomara más que la copita de tequila”, señala Crystal.

“Me dolió más que la muerte de Gualberto y no por no quererlo, pero de él ya sabíamos porque llevaba desde marzo mal y en junio murió. De alguna forma sabes que él se iría, con Yoshio no, todavía en abril establecimos comunicación con él”, recuerda.

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Tanto ella como Arianna, Mario Pintor y otros participantes del certamen musical compartieron muchos más escenarios juntos y es la actitud disciplinada de Yoshio —explica Crystal que seguía tomando clases de canto— la que hoy siguen recordando, así como al buen compañero, hombre, padre y esposo.

“Dejó una imagen de respeto en el escenario. Los que estuvimos en los Triunfadores del Festival estábamos acostumbrados a manejar el escenario propio, pero cuando empiezas a ceder espacios, a veces sale el ego que hace que quieras resaltar más y ahí te encuentras a gente como Yoshio que compartía y hacía segundas voces y coros cuando había necesidad”, señala Mario Pintor.

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