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Lo han criticado por publicaciones como los Quiúbole y por ser invitado a las Ferias del Libro, pero a Yordi Rosado eso ya no le importa porque, dice, él sabe que no es escritor sino un comunicador que ha sabido llegarle a los jóvenes y a sus padres; sin embargo, el camino de ser tomado en serio y de no ser afectado por miles de comentarios no es fácil.
“Ha sido un proceso muy complicado, sobre todo al principio. Sacar los libros como el Quiúbole para hombres y el Quiúbole para mujeres (junto con Gaby Vargas), que estaban muy bien documentados y tenían mucho humor, pero cuando se empezaron a vender mucho la gente decía que por qué se vendían tanto, que por qué alguien que salía en la tele, que no era escritor, lo hacía, entonces fue difícil”.
Hasta ahora, dice, ha vendido más de 2 millones y medio de libros, y los más exitosos son los dos de Quiúbole, incluidos en la lista de recomendaciones de libros de la SEP.
El 11 de noviembre, el exconductor y productor de Otro rollo lanzó su sexto libro, el más personal que ha hecho hasta ahora, ¡Sin pretextos! Cambia el pero por el puedo.
Allí comparte experiencias como la de vivir con un padre alcohólico, las veces que estuvo a punto de renunciar a escribir y también cuenta sobre su segunda ruptura con Rebeca Rodríguez.
“Mientras escribía esa parte del libro, las cosas empezaron a ir mal y estábamos decidiendo divorciarnos, fue muy fuerte, todas las partes del libro fueron fuertes pero esa la estaba viviendo y tampoco sabía el final del capítulo”.
En cuanto a dejar de escribir, señala que en algún tiempo deseó que no le fuera bien, pero que hoy acepta lo que es y lo que hace, y sabe que cada persona hace cosas distintas.
“Al principio sí me sentí menospreciado y me dolió un poco y luego fui entendiendo que cada quien hacemos cosas distintas, que hay autores, que hay escritores, que los escritores escriben novelas, ciencia ficción y habemos gente que somos autores que hacemos libros de información de consulta y que hay gente a la que no le gusta que a uno le vaya bien y no puedes enjuiciar a nadie; si alguien piensa que es poca cosa, entiendo perfecto”.