La adolescencia es una etapa muy delicada en la vida de una persona, porque no sólo se deja atrás la infancia, también se comienza a formar el carácter y la personalidad del adulto. Por eso, fue importante para la escritora y actriz Fernanda Albarrán escribir sobre esto en una obra de teatro como “Yo no soy de aquí”, que se presenta en el Centro Cultural El Hormiguero.
"Sí creo que los papás deberían de verla, porque todos hemos pasado por ahí, así que van a recordarlo y ese proceso les puede ayudar a generar empatía con sus hijos que están en esa etapa o cercana a ella. Es recordar que cada quien venimos a este mundo a hacer nuestra propia historia y no a imponer al otro lo que tienen que ser", dijo Albarrán.
La historia de “Yo no soy de aquí” gira en torno a Semiramis, una joven colibrí cuyos padres humanos la rescataron al caer de su nido. Intentaron criarla como una humana común, sin embargo, su deseo por volar se impone y ella deberá decidir entre ser alguien “normal” o desplegar libremente sus alas.
"La obra habla de las dificultades de crecer y encontrar tu camino en la vida, pero si bien la historia está enfocada en la etapa de la adolescencia, la comencé a escribir cuando estaba viviendo un momento crucial en mi vida ya siendo adulta. Finalmente ese ir y venir, ese desconocimiento de nosotros o no saber qué decisiones tomar, es algo que enfrentamos a lo largo de la vida, no sólo en la adolescencia".
El que Fernanda haya elegido la figura del colibrí para escribir esta historia, se debe a que son aves veloces, que tienen mucha energía e hiperactivos, por lo cual siente mucha afinidad con ellos, comenzando porque es bajita de estatura. Para ella, como el colibrí de la obra, dejar el nido fue complicado, comenzando porque sus padres no querían dejarla volar.
"Por la escuela tuve que salir de casa de mi familia aún muy chica, tenía 18 años, así que fue un proceso bastante complicado, siento que esa separación del nido siempre es muy dolorosa porque se pierden muchas cosas, también por eso incluí esa etapa de mi vida en el texto; fue perder a los padres, a los amigos, a mi ambiente seguro con tal de buscar ese sueño y libertad que tanto anhelaba", contó.
Pero después viene la lucha personal, porque se debe debatir la voluntad entre ser lo que se quiere y lo que se debe, pero la mayoría de veces son caminos que difícilmente se cruzan.
"Crecemos todo el tiempo con una idea de lo que tenemos que hacer, entre lo que tus papás te dicen, lo que tus amigos esperan de ti y lo que la sociedad te dice, ahora más con las redes sociales, entonces estás todo el tiempo inundado de ideas, de arquetipos, y no logramos descubrir lo que realmente queremos o lo dejamos a un lado, y la obra habla de tener la valentía suficiente para quitarte los prejuicios, para encontrar el verdadero camino".
Para Fer llegó el momento de solta cuando terminó de escribir la historia y la puso en manos del director Alan Uribe, quien dijo, le dio una visión nueva a lo que había escrito, aunque a veces tuvieron que llegar a acuerdos, ya ella que también la actúa.
Una de las experiencias que le brinda su historia, es el de experimentar la soledad en el escenario y cumplir el reto de mantener la atención del público con su interpretación.
"Es algo que todos los actores tendríamos que vivir, porque primero tienes que aprenderte todo un texto, pero además que todo dependa de ti es una gran responsabilidad, hace que todos tus sentidos estén ahí, pero al mismo tiempo es divertido porque estás jugando sola en escena, eso es muy emocionante".
Fernanda señaló que a pesar de que la trama suene dramática, es una obra muy divertida y con muchos recursos en escena, como la danza aérea, algo que la gente disfruta ver.
"Es una obra muy fácil de digerir, que habla de un proceso que todos hemos vivido, y cómo es contado desde lo ameno y la comicidad, permite que la gente se identifique muy fácil y se la pase bien".