Venecia.— En su paso por la muestra de cine más antigua del mundo para recibir el trofeo Cartier Glory to the Filmmaker a su trayectoria, Wes Anderson aprovechó para mostrarle al mundo por primera vez La maravillosa historia de Henry Sugar, que hoy llega a Netflix.
El cortometraje es el primero de cuatro realizados para la plataforma y basados en los cuentos de Roald Dahl (Charlie y la fábrica de chocolates, Matilda).
Henry es protagonizado por el actor inglés Benedict Cumberbatch, quien, aseguró el director, fue la única opción en su mente.
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“Tan pronto como el guión estuvo terminado y cuando hicimos la adaptación, se lo envié. Ya habíamos estado antes en contacto y teníamos ganas de hacer algo juntos así es que ni lo pensé”.
En este encuentro con el cineasta en el marco del festival italiano, Anderson también le hizo un guiño a otro colaborador y amigo, Ralph Fiennes, con quien trabajó en El gran Hotel Budapest y que ahora encarna a Dahl.
“Ralph tiene un lado bastante salvaje y otro en el que es como un monje. Hay total concentración e intensidad en él. Ama su trabajo y nunca había hecho mucha comedia pero se volcó en ella y eso fue parte de lo grandioso de este proyecto, que fue encontrando una nueva forma de hacer estas escenas para interpretar a Dahl”, compartió el cineasta, que se caracteriza por trabajar con los mismos actores.
Acerca de qué significa para su cine contar con los mismos histriones a menudo, reflexionó:
“Hay varias cosas que me motivan a ello. Por un lado, muchos de los actores con los que he trabajado son mis favoritos y los amo y lo que me sucede es que, por ejemplo, si ya he trabajado con Ralph Fiennes, pues claro que estoy feliz de tenerlo de regreso.
“Ahora puedo decir que tengo una compañía de personas con las que he colaborado con frecuencia y que considero los mejores profesionales del mundo, pero también ya son mis amigos, así que, cuando filmamos, sentimos que estamos haciendo una reunión de amigos a la vez que una película. También me encanta tener gente nueva, en cada película hay algunas caras nuevas y eso expande nuestro grupo”.
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En sólo 37 minutos de duración del filme, el director texano logra imprimir el carácter y estética que son el sello de sus obras. De esa precisión de artesano al momento de crear sus mundos llenos de detalles y cuidados, analizó:
“El cine no es la realidad, es una ilusión. Y para mí no existe mi estética o estilo, sino que, cuando plasmo algo, simplemente muestro las cosas como quiero hacerlas. Desde mi punto de vista. Suelo tener una idea para un momento, para una escena inicial que creo que es buena y luego lo que pasa después es todo un descubrimiento y en cierto modo una improvisación para mí”.
Además de Fiennes y Cumberbatch, al director lo acompañan en esta aventura Dev Patel, sir Ben Kingsley, Rupert Friend y Richard Ayoade. La admiración de Anderson por el escritor al que también adaptó ya en su película de animación Fantastic Mr. Fox en 2009 y por la que obtuvo dos nominaciones al Oscar es conocida.
“Dahl tiene un mundo que es fascinante, oscuro y a la vez muy enigmático”, enfatizó.
melc