“De seguro todos los perritos a los que ella ayudó en vida ahora la van a ayudar a cruzar el puente directo al cielo”, dice la publirrelacionista Vicky López, quien trabajó con la actriz y bailarina Wanda Seux durante 15 años.
Ayer, a las 14:50 horas, Wanda murió en la Casa del Actor por condiciones propias de las enfermedades que padecía. Su fallecimiento fue “tranquilo, y sin dolor”, informó el recinto.
La también llamada Bomba de Oro nació en Paraguay el 3 de enero de 1948, bajo el nombre de Amanda y fue hija única de una familia adinerada. Comenzó haciendo modelaje infantil. Su familia se mudó a Argentina, donde hizo danza árabe y con el tiempo llegó a México, país en el que se nacionalizó.
El camino como vedette se lo forjó gracias a otra colega llamada Nélida Lobato y a su esposo, Eber Lobato. Sin embargo, pese a los lujos, su vida no siempre fue miel sobre hojuelas. Su padrastro la agredió sexualmente, su padre biológico nunca se interesó por ella, y cuando tenía 23 años, la casaron con un árabe millonario de 60, con quien estuvo un lustro. Aunque nunca fue madre biológica, crió a una niña.
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En una entrevista, la vedette contó que tras ser millonaria, tocó el suelo porque su madre siempre gastó a manos llenas, lo que la llevó a trabajar para otras actrices.
Su último papel para la pantalla grande fue en la película documental Bellas de noche, de 2016, donde se muestra la historia de las estrellas más brillantes de los centros nocturnos de los años 70 y 80. Lyn May, con quien compartió en Bellas de Noche, y con la que en alguna ocasión se insultó públicamente, dijo a EL UNIVERSAL que pudieron hacer las paces antes de su muerte.
“Nos vimos antes de la pandemia en un lugar en Polanco y estuvimos muy contentas, nos abrazamos, ya estaba mucho mejor y de ahí volvió a recaer. Yo creo que nos juntó Dios para que hiciéramos las paces”.
“Los puntos más altos de su carrera fueron cuando era vedette en la época de oro, cuando competía con Olga Breeskin, con Lyn May. En su papel de Lucrecia Magaña en Alcanzar una estrella tuvo todos los puntos de rating. Todos la recuerdan”, agregó Vicky.
La periodista recordó que Wanda acostumbraba a pasar largas temporadas con su amiga Yara, en Acapulco. Wanda siempre iba a los cumpleaños de sus amigos y llevaba un pastel. Era la primera en llegar.
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Sin embargo, para Vicky y para todos los que la conocieron, otra de las formas en las que Wanda dejaba ver su personalidad solidaria, era con los perritos.
“Como tenía una casa muy grande en Coapa, adaptó un piso para ellos y luego otro, los recogía de la calle, los bañaba, se paraba a las 6:00 horas para darles de comer, recuerdo que llegó a tener casi 35 perritos”, agregó la también publirrelacionista.