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Hace nueve años, el mundo se sorprendió al ver cómo un policía, llamado Rick Grimes, despertaba de un coma para encontrarse con un mundo postapocalíptico: mientras que él se recuperaba de una herida, gran parte de la humanidad se había convertido en zombi.
The walking dead tomó por sorpresa a todos, el misterio de lo ocurrido con Rick, aunado a una historia de muertos vivientes y de decisiones morales, atrajo la atención de hasta 17 millones de personas por capítulo en Estados Unidos.
Pero nueve años es mucho tiempo. La temporada 10, que estrena hoy a las 22:00 horas por Fox Channel, presenta una trama que pocos de los que se engancharon al inicio podrían reconocer.
Los números son duros: la caída de espectadores llegó a 4.1 millones en la temporada pasada, que fue además una de las más criticadas porque significó la salida del personaje principal, el policía-héroe interpretado por Andrew Lincoln.
“Hay reacciones dolorosas cuando ves que matan o quitan a personajes realmente queridos”, reconoce Denise Huth, productora de la serie, quien justifica así la pérdida de audiencia.
“También hemos estado en el aire durante mucho tiempo y la forma en que las personas consumen televisión ha cambiado drásticamente. Siempre hay fluctuaciones por muchas razones, pero no es algo que debamos preocuparnos demasiado porque es impredecible”.
La mayoría de los personajes principales de la primera temporada han muerto, el primer protagonista perdió a prácticamente todos sus seres queridos y él mismo desapareció al caer de un puente.
Este giro se amortiza con estrategias de los creadores de este universo. Además de Fear the walking dead, una serie paralela que va en su quinta temporada, se prevé otra más para el próximo año, además de una trilogía de películas que dará continuidad a la historia de Rick.
La temporada 10 de la original hará lo propio. Busca refrescarse centrándose en la historia a más de seis años de la desaparición de Rick, en medio de una batalla entre grupos de sobrevivientes y otros humanos llamados “los susurradores”, que se disfrazan de zombies para tomar el control del mundo.
“El show ha evolucionado mucho. Comenzó muy pequeño, con Rick. Un hombre que buscaba a su familia y que, a medida que avanzaba, conocía gente nueva. Entonces, la comunidad de nuestros personajes era bastante pequeña, pero ha pasado el tiempo, ya que han aprendido cómo sobrevivir”, detalla Huth.
La productora define la evolución de sus personajes como la de “supervivientes endurecidos”.
Reconoce que The walking dead ha hecho algo similar: asumir giros argumentales y ampliar cada vez más el universo de un mundo postapocalíptico ha marcado una tendencia en la televisión.
“Hemos visto muchas series que nos imitan. Game of thrones fue un gran éxito, obviamente era un género muy diferente al nuestro, pero creo que abrimos la puerta”, considera Huth.
El reto será, de hecho, no cometer el error de Game of thrones, que decepcionó al final.
Los creadores de The walking dead están conscientes de que habrá que tomar precauciones cuando esta historia acabe. “Es duro. Los pilotos (primer episodio) y los finales son lo más difícil de contar en televisión. Es realmente difícil hacerlo bien”, reconoce.
“Espero que lo logremos, pero es mucha presión. Cuando lleguemos a ese punto, todos sentiremos la presión de cómo concluir esta historia de una manera que la audiencia la abrace y la ame, que realmente pueda completar su viaje con The walking dead”, se compromete.