Benito Castro es un actor con una trayectoria de 58 años, tiempo en el que, asegura, no había estado tanto tiempo alejado de un escenario, como sucedió a causa de la pandemia. Por eso, cuando el productor Alejandro Gou lo invitó a retomar su personaje en la comedia A oscuras me da risa, no lo detuvo ni el peligro latente del coronavirus.
“No había nada que me hiciera más falta en la vida que un escenario, moría yo por volver a pisar uno, estaba aterrado de no volver a uno en mi vida”, asegura Castro.
Antes de la pandemia, el también integrante del grupo Los hermanos Castro estaba participando en el musical Sugar, pero acepta que su situación económica se complicó cuando se anunció y prolongó el cierre.
“Estuve sin dinero, con todas las deudas del mundo encima, porque las tarjetas se fueron al tope y hubo un momento en que obviamente no me autorizaron una compra más, y a vivir de la caridad y de milagro, fue muy difícil; no me da pena platicarlo porque no fue mi caso únicamente, mucha gente está sufriendo lo que yo padecí”.
Esta alegría por volver al trabajo, Benito Castro no sólo la manifiesta en palabras, también en el ambiente que lo rodea, con un camerino lleno de luz, con su vestuario perfectamente acomodado y la sonrisa con que saluda a todo el que pasa.
“No sabíamos si volvíamos, no sabíamos si nos salvábamos de un contagio, y a mi edad (74 años) el riesgo es mayúsculo, si te pega, difícilmente la libras, de no ser por un milagro; pero como estaban las cosas... todo mundo me decía, si te sientes mal no vayas al hospital, porque te duermen, te entuban y adiós; y ví en tv que sí sucedía”.
Al preguntarle al actor si lleva una rutina de cuidados especial, estira su mano, toma el cubrebocas que está sobre el tocador del camerino y lo muestra.
“Esta es la mejor vacuna que hay hasta el momento, digan lo que digan”.