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En un rancho, el doctor Ramiro y su esposa Fabia, un matrimonio viejo y cansado, sufre el ataque de Doroteo, quien asesina con crueldad al primero y arranca una arracada a la mujer para que no lo olvide. Llega Mariano, hijo de los asaltados y la furiosa madre le cuenta por qué su padre fue asesinado.
Esta premisa cargada de drama y venganza es El arracadas, una de las historias que hicieron que Vicente Fernández se consagrara en el cine nacional, aun cuando había llegado a él seis años antes con el filme Tacos al carbón.
La historia de Vicente con el séptimo arte empezó casi a la par de su carrera musical y en realidad nunca estuvieron muy separadas; el también actor cantaba en sus filmes y muchos de esos temas se convertirían en éxitos tras su paso por la gran pantalla.
Así como pasó con el tema “El arracadas”, también hubo un sinnúmero de canciones como “Que te vaya bonito”, “El siete leguas”, “La ley del monte”, “El hijo del pueblo, canción original de José Alfredo Jiménez; “Siempre estaré contigo” de Armando Manzanero, o “La diferencia” de Juan Gabriel, sólo por mencionar algunos.
Si bien gozó de popularidad en el cine, la carrera de Vicente en las películas fue menos extensa que la musical, ya que tras casi dos décadas frente a la lente, tras más de 20 películas, su último filme fue Mi querido viejo en 1991. En parte el músico aludía que su retirada del cine se debía al mal momento que durante los 90 pasó el cine mexicano, al cual nunca regresó.
Los largometrajes también fueron el escaparate en el que Fernández comenzó a introducir a su hijo Alejandro al mundo del entretenimiento. Padre e hijo trabajaron juntos en las películas El arracadas (1978), El Tahúr (1979) y Mi querido viejo (1991). Alejandro no volvería al cine hasta 2004 en el filme Zapata, El sueño del héroe.
En el cine creyeron que era gay
En mayo de 2019 Fernández causó revuelo al revelar en una entrevista que se había negado a recibir un trasplante de riñón por temor a que el donante fuera homosexual o drogadicto.
Las palabras de Fernández hicieron que grupos pro derechos LGBTT+ se molestaran por los comentarios del charro.
Sin embargo, Vicente en la gran pantalla hizo la película Uno y medio contra el mundo, largometraje en el que en la trama es confundido con un homosexual, por lo cual recibe una golpiza y la cinta tiene un doloroso desenlace.
En la película de 1973, el Charro de Huentitán dio vida a Lauro, un ladrón que en uno de sus atracos conoce a un niño, Chava, con quien se lleva bien y al cual recluta para continuar con sus atracos mientras ambos comienzan a vivir juntos.
Tras ser atrapado y pasar años en la cárcel, Chava lo visita en prisión y es ahí donde el pequeño le revela que en realidad es una niña.
Años más tarde, tras salir de su encierro, Lauro sale en busca de Chava (Ofelia Medina), quien ya se ha convertido en una hermosa mujer. Ambos deciden seguir delinquiendo, ella disfrazada de hombre.
Con el tiempo ambos se enamoran y cierto día se besan, mientras una pandilla de delincuentes los observa a lo lejos y son confundidos con una pareja gay, situación que lleva a que sean atacados violentamente; en la riña, ambos son apuñalados y finalmente el protagonista termina herido gravemente, mientras su enamorada (vestida de hombre) muere en sus brazos, y en ese momento le confiesa su amor.