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San Miguel de Allende.— ¿Quiere hacer una película? Trabaje y ahorre dinero por dos años para comprarse una cámara.

¿Desea curtirse en su primera cinta? Filme algo llamado Alison, prácticamente desconocida, y asuma que en ningún festival la van a aceptar.
¿Cree que tiene éxito? No imagine, compruebe cuando salga a otros países y alguien le hable de esa película que usted hizo.

Al menos ha sido parte de la vida de Gus Van Sant, realizador nominado al Oscar y ganador en los festivales de Cannes y Berlín, gracias a cintas como Elefante, Mente indomable y Milk.

“Mis primeras influencias fueron el arte: a los 13 años había un profesor de inglés en la escuela que nos ponía películas y a leer novelas”, recuerda en una charla magistral.

Quizá por ello desde su llegada el viernes a esta ciudad, donde el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) le rindió homenaje, no ha dejado de decir que la catedral, donde a fines del siglo XVIII ofició misa Miguel Hidalgo y Costilla, es una hermosura.

El sábado, el realizador recorrió algunas haciendas cercanas y Atotonilco, donde comió unas gorditas que le fascinaron.

Pero se ha dado tiempo para observar a la gente atenta a su teléfono.

“Cuando veo a un joven viendo su celular y muriendo de risa, quiero saber que está viendo. Un día descubrí que estaban mirando el video de una señora en su camioneta que estaba comiendo su primera torta vegetariana y eso les daba risa, entonces pensé, ¿qué es el cine?

“Ha cambiado o está cambiando y la forma de contar las historias no es la misma con la que crecimos, siempre los cineastas independientes pensamos que se caiga la fuerza explotadora de Hollywood y ya se cayó o se está cayendo, pero también nos vamos con ellos porque somos parte”, reflexiona.

La acción, considera, es la que está dominando. Y más porque ahora el cine compite contra los videojuegos y los sitios de compras.

“Hice una película para Amazon (Facebook: world of hopes) y la idea de ellos no es igual a lo que pensábamos nosotros para poner algo en el cine, ahora es otra cosa”, destaca.

“En el mundo de Hollywood tienes que hacer un guión de las páginas que deben ser y, si te sales de reglas, así sea cambiando el formato de las letras que ellos piden, hay como banderitas rojas de que quizá esos guiones no se van a hacer”.

Este lunes, en sus horas finales en San Miguel de Allende, en cuyo panteón presentó una película, espera asistir a las vías de ferrocarril donde el escritor Neal Cassady murió en 1968.

“Estando aquí me hace pensar en las letras de Neal, no sabía que ésta era la ciudad en que murió, ahora quisiera visitar el lugar”, indica.

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