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La televisión hace realidad historias de todo tipo: desde el cuento de hadas hasta el drama más triste y trágico. Para confeccionarlas, no sólo se requiere un libreto a medida, también elementos como actuaciones impecables y un vestuario ceñido a los personajes.
Solange Alchourron, gerente general de diseño de vestuario de TelevisaUnivision, comenta que coordina a más de 200 personas distribuidas en diversos espacios, como diseño de vestuario, equipo de asistentes, almacenistas, talleres de confección y tintorería, y choferes.
Esta área ha hilvanado decenas de producciones, entre ellas Me caigo de risa, El último rey, Corazón guerrero, Como dice el dicho y Hoy.
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“Muchas veces no se sabe qué hay detrás de una producción, de lo que pasa y lo que conlleva lograr que el saco, traje o vestido de novia, estén en el actor; es un proceso muy largo que desempeñamos desde que el productor se acerca a contarnos el proyecto hasta las grabaciones. Es un trabajo en equipo”, comenta Solange Alchourron.
Este departamento tiene que diversificarse para trabajar con telenovelas, realities, programas unitarios, campañas de promoción y publicidad, lo que conlleva distintas exigencias y retos, explica Solange.
Proceso cuidadoso
La dinámica que se sigue para encontrar el vestuario ideal no se toma a la ligera: Solange recibe del productor la sinopsis de la historia y la psicología de los personajes; ella pasa esta información a la gerente creativa y operativa del departamento para armar el equipo que trabajará con esa producción —de entre siete a 12 personas: tres diseñadores, tres asistentes, un almacenista, un chofer de vestuario, una patronista, tres costureras y el equipo de sastrería—, quienes presentan propuestas y, de ser aprobadas, pasan a trabajar con los actores, para que les den su visión de sus personajes.
Desde el momento en que aparecen a cuadro, sin palabras, deben decirle al público su historia a través de lo que usan.
“Para que algo llegue al cuerpo del actor pasa muchos procesos; si la ropa se tiene que ambientar, quemarse, si es un cambio nuevo o doble, si te van a disparar hay que tener dos o tres cambios iguales; en los talleres se han hecho vestidos de novia en una noche”, dice Solange.
Vivianne Roman, jefe de diseño de vestuario, se ocupa de entregar las propuestas de vestuario, lista de insumos e inspecciona que todo se realice de acuerdo a lo planeado, y señala que no todo se elabora desde cero en este departamento, también se compran prendas que tienen que pasar por los talleres para ajustes y que queden a medida para el actor o actriz.
“Tenemos una reutilización muy alta, las novelas que terminan regresan la ropa al almacén y eso se vuelve a usar después de cambiarlo, adaptarlo o agregarle cosas. Tenemos una mercería donde tenemos apliques, hilos, telas, para que los diseñadores confeccionen todo esto, porque muchas veces un vestido lo hacemos falda”, comenta.
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Este trabajo abarca desde las figuras principales hasta extras; cada producción tiene una bodega individual o covacha para guardar y organizar el vestuario que se usará, lo que también abarca zapatería, sombreros y accesorios.
Por el Covid-19 se implementó un protocolo sanitario: cada prenda usada va inmediatamente a la lavandería, al regresar se desinfecta, cada actor tiene su perchero y no se comparte nada.