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El actor Mario Zaragoza y su pareja Patricia Blanco sufrieron durante la pandemia por Covid-19 la pérdida más dolorosa que puede tener una padre. Su hijo Ángel Fernando, de 14 años, falleció tras complicaciones derivadas de esta enfermedad.
Una noche antes de esta tragedia el actor de Run Coyote run tuvo un extraño sueño en el que estaba Ángel, pero su significado lo comprendió después del fallecimiento.
“Estábamos luchando contra unas bestias muy fuertes y finalmente las vencimos, el héroe fue Fernando, pero hasta que yo descansé de eso (del dolor) me di cuenta que se sacrificó porque no vences a la bestia y quedas bien, sino que das tu vida por eso”, cuenta Zaragoza.
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Esta idea del sacrificio y de la valentía le dio fuerzas para sustituir la culpa, que es natural tras una pérdida, y entender que como familia habían domado a una bestia.
Lo complementó con deberes, necesidades, aprecios y por visitas de Fernando o señales que asegura que él les da y que lo hicieron sentirse más seguro y mejor.
“Sí existe el llanto cuando lo recuerdo, cuando lo veo en fotos o se manifiesta, ese sentimiento nunca se va a quitar”, afirma el actor.
“Una vez me dio miedo de que se me fuera a olvidar, porque cada vez me sentía mejor, pero ya me di cuenta de que eso no va a pasar nunca”, agrega.
De la mano del director de teatro Víctor Weinstock, la pareja protagoniza la puesta en escena Finitud, una tragicomedia donde los temas principales son el duelo, la culpa y el dolor tras una pérdida.
“Es muy importante que hablemos de la muerte como es, sin miedo, sin tapujos, porque es algo que inevitablemente todos vamos a vivir, es importante hablar de la cultura del duelo y el acompañamiento del duelo, empezar a entender el significado de los palabras”, señala Blanco.
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En la obra, una pareja que viaja en carretera desolada tiene un desperfecto mecánico y mientras lo arregla en la orilla de una curva, es sorprendida por un camión sin frenos que arrolla al carro. Ambos logran escapar ilesos, pero la niña y el camionero mueren al instante.
El actor Gastón Yanes da vida al hombre, mientras que Mario encarna a un espíritu que los ayuda a comprender.
La puesta estará disponible hasta septiembre todos los lunes en el Teatro Varsovia.