Con su traje negro de adornos plateados, Silvia Pinal brilla desde el tercer palco del teatro de Bellas Artes y desde ahí observa emocionada cómo la actriz Diana Bracho le rinde homenaje con sus palabras.
Silvia Pinal, de 91 años, regresa a Bellas Artes, de donde salió graduada hace siete décadas con el aval de profesores como Salvador Novo, Carlos Pellicer y Xavier Villaurrutia.
Llega en silla de ruedas; se le ve emocionada, conmovida, muy sonriente y cobijada por sus tres hijos, dos nietos y dos bisnietas en el palco.
“Hablar de ti es hablar de una artista que ha sido pionera en las industrias del cine, el teatro y el arte de nuestro país”, expresa Diana Bracho en un escenario con la imagen de los ojos de una joven Pinal de fondo.
Para reconocer a la diva del cine mexicano se reúnen decenas de personalidades del medio artístico como Ignacio López Tarso, quien al igual que Silvia, llega en silla de ruedas; Norma Lazareno y Sergio Corona, que recordó cuando bailaba con ella.
El homenaje comienza con una remembranza de su paso por el cine y se exhibe el capítulo “Viridiana, Buñuel y Silvia Pinal”, recordando el inicio de la carrera internacional de Pinal, quien después trabajó en dos películas más con el cineasta español. Le sigue un conversatorio dirigido por la cineasta Busi Cortés con el cuadro que Diego Rivera pintó para la primera actriz de fondo.
“Es un momento muy importante para la historia del cine mexicano estar aquí y poder agradecer en vida a Silvia Pinal su aportación al cine”, dice.
Sylvia Pasquel sube al escenario para hacer una lectura de su carrera artística, desde sus comienzos en la radio hasta sus últimas participaciones en tv y teatro, y vuelve a asomar el orgullo de Pinal y de sus hijos.
“Me siento sumamente emocionada por lo que esta noche representa para los mexicanos, una noche de remembranza y reconocimiento a mi madre, la gran diva Silvia Pinal”.
El público se pone de pie y aplaude durante varios minutos cuando Pasquel termina el resumen del legado artístico. Después la familia se reúne para admirar el momento en el que Stephanie Salas, la nieta mayor de Silvia, interpreta un número del musical Hello Dolly, que consolidó a su abuela.
Pinal es pionera del teatro musical en México, por lo que Bianca Marroquín, Alan Estrada y Fela Domínguez, representantes del género en el país, hacen números de Gypsy, Anny es un tiro y Mame.
“Querida Silvia: en nombre de todas las mujeres que decidimos dedicarnos al teatro musical, te doy las gracias por tu enorme ejemplo de disciplina y compañerismo y sobre todo por la alegría que nos contagias y tu inagotable vitalidad”, dice Marroquín antes de su actuación.
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“Ay, mamacita. Qué bonita la vidita. Me siento tan emocionada en este momento... ¿Por qué no nos echamos una buena porra?”, que no se hace esperar.
Alejandra Guzmán aprovecha para cerrar con un agradecimiento a su madre “por darnos una vida bella, llena de disciplina, talento, tu casta y esa sonrisa siempre tan bella”.