“Sí me acuerdo un chingo de las cosas que me decías, por ejemplo eso de que la calle es de quien la trabaja, de que los ricos son ricos porque nos chingan a los pobres y todo eso”, dice una voz en off femenina.
La persona que dice esas palabras es una chica que recién fue asustada por un hombre con una metralleta, quien le dice que siempre debe estar preparada y hay imágenes en video de actos violentos.
Las razones de ello se verán en Kokoloko, la nueva película de Gerardo Naranjo, realizador de Miss Bala y Voy a explotar, a estrenarse en la sección competitiva del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, que arranca la semana próxima.
Alejandra Herrera es la actriz protagonista, junto con Noé Hernández y Eduardo Mendizábal.
“Es una chica, no sabemos su edad, a la que se están disputando dos hombres, pero lo que interesa es que no se ve a la mujer como víctima, aunque aparentemente sí; casi no habla en toda la película y es ver cómo se encuentra una mujer en medio de un mundo lleno de hostilidad”, comenta Herrera.
“Se trata de alguien que también se está buscando, tiene necesidades, requiere de afecto, pero está inmersa en esta sociedad”, agrega.
Kokoloko se filmó hace cuatro años, pero todavía el pasado se realizaron cosas, indica la también actriz de Luis Miguel: la serie y Tiempo de lluvia.
Internacionalmente Kokoloko se estrenó en el recién festival de cine de Tribeca, donde Noé Hernández ganó el premio como Mejor Actor.
“Esta película no llevó un guión, sólo se tenía una pequeña historia y juntos la fuimos construyendo, son improvisaciones lo que está ahí, son seres humanos que se están expresando”, considera la actriz.
Alejandra Herrera estudió comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, pero la actuación la fue atrapando. Tuvo una pequeña participación en ROMA, de Alfonso Cuarón, como la chica que grita mientras abraza a un joven tirado en la calle, mientras se da el halconazo de 1971.
En el festival de cine de Morelia presentó la película La reina del asfalto, que cuenta la historia de un grupo de mujeres en los años 80, en la zona violenta de Santa Fe, en el poniente de la Ciudad de México.
“Después de una investigación en libro, fue con personas a la cárcel, visité a unos de los ex Panchitos (banda violenta de hace cuatro décadas) que ahora hacen teatro penitenciario y fue algo impresionante.
“Vivo en un barrio, tuve que observar el contexto en que uno se desenvuelve y eso te hace entender gestos, expresiones, vicios”, detalla.