Espectáculos

Una historia con sabor a libro viejo

El buquinista cuenta la vida de un migrante francés que atiende una librería

A Gibrán Bazán le interesó la historia de los inmigrnates en México. (BERENICE FREGOSO. EL UNIVERSSAL)
14/07/2018 |23:07
César Huerta Ortiz
reportero de la sección EspectáculosVer perfil

cesar.huerta@eluniversal.com.mx

Gibrán Bazán prácticamente se la vive en librerías de viejo. Goza al pasear por sus pasillos y comprar uno, dos, tres, los que sean necesarios para su sed lectora.

“A veces te encuentras hasta flores marchitas, no me gusta comprar nuevos porque, además de caros, encuentras una mejor edición en las páginas amarillas y fui tomando notas mentales de lo que olía y veía”, dice.

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“Un día me encontré con un librero que comenzó a platicarme cosas y se fue creando un universo sobre eso”, recuerda.

Y así inició primero un cuento escrito, que luego sirvió de base al realizador para El buquinista, película que estrenó este fin de semana en salas comerciales.

En ella se cuenta la vida de un migrante francés (JC Montes Roldán), quien no puede superar la pérdida de su mujer, al tiempo que debe atender una librería.

Y eligió El Ático, negocio enclavado en la colonia Roma y donde Luc Besson rodó parte de Bandidas, como su locación principal.

“Al dueño le dije que había pasado ahí varias tardes de mi vida, leyó el guión y le gustó, hicimos las secuencia en la madrugada y las de día, muy temprano.

“Ahí llegamos a una palabra que fue portales, la libería tenía sus secciones y para nosotros era como llevarnos a otros mundos, era como entrar a un organismo vivo y así lo imaginamos para las tomas”, recuerda Bazán.

El entrevistado es conocido en cine por Generación Spielberg y el documental Los rollos perdidos.

El buquinista es una coproducción con Francia, país donde espera estreno pronto.

“Me di cuenta que en el cine no contamos las historias de los inmigrantes en México, casi siempre contamos cosas localistas, aún sabiendo que españoles, argentinos, chinos, están también construyendo este país. Comencé a picar piedra, apliqué a los fondos de Imcine y nada, entonces contacté gente de allá y les interesó contar una historia en México que no fuera de narcotráfico y violencia”.

La cinta costó 5 millones de pesos, quinta parte de lo que requiere una cinta nacional promedio.

En el reparto están Ariana Figueroa, Sophie Gómez y Amador Torralba.

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