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Desde las butacas, Ignacio López Tarso hizo una declaración sincera a Mario Iván Martínez, quien acababa de presentar sobre el escenario del Teatro Helénico su obra Vincent, girasoles contra el mundo.
“Tu caracterización interior de Van Gogh la admiro profundamente y te deseo una gran satisfacción, como las que has tenido anteriormente con otras caracterizaciones tan hermosas como la de El diario de un loco, haciendo un trabajo verdaderamente excepcional; te admiro, te envidio con envidia clara, con envidia pura, pero con envidia”, palabras que Mario Iván agradeció bajando del escenario para darle un abrazo y un ramo de girasoles al intérprete de Macario, quien lo acababa de ver dando vida a los hermanos Vincent y Teo Van Gogh, es una obra excepcionalmente escrita por él.
Durante casi dos horas, Mario Iván, junto a los actores Paula Comadurán y Fernando Memije, llevaron al público la noche del lunes por un viaje a los últimos años de vida y creatividad del pintor neerlandés, donde la locura y el genio fueron la combinación que lo llevó a crear obras maestras.
“Esto nació de prestarle la voz a un documental producido por el Museo Van Gogh de Amsterdam y el Centro Cultural Tijuana, del doblaje inicial transmuto a dramaturgia, complementado luego con un viaje inolvidable a los lugares donde Van Gogh vivió y desarrolló la mayor parte de su desempeño, para luego cristalizar en este montaje de la mano de mi prima Luly Rede (directora)”, expresó Mario Iván, después de recibir un prolongado aplauso.
Acto seguido dio paso a sus padrinos de estreno, Ignacio López Tarso y Héctor Bonilla, este último resaltó el talento de Mario Iván Martínez y su habilidad para abordar diversos géneros en escena y cómo hace de sus personajes una creación única.
Finalmente se escuchó una felicitación muy especial para Martínez: “qué texto que me mandaste de Van Gogh, ahora sí que me avivó el fuego interno de mi alma, gracias por enviarlo hijo”, era la voz de su madre, la actriz Margarita Isabel (q.e.p.d.), quien fue parte de este proyecto que requirió tres años de trabajo.
“Hoy celebramos con ustedes al creador por encima de la creación, a Van Gogh, el artista que pinta lo que siente y quiere sentir lo que pinta, a un hombre que si no hubiera sido pintor, tal vez hubiese sido poeta, filósofo o hasta santo. Vincent decía; los pescadores saben que el mar es peligroso y la tormenta terrible, pero eso no les impide hacerse a la mar. Gracias amigos por subirse a este barco y hacerse a la mar con nosotros”, finalizó Mario Iván.