El dibujante Nathan W. Pyle era recién casado cuando un día, mientras preparaba junto a su esposa una reunión en su casa, se descubrió a sí mismo escondiendo algunas de sus pertenencias para hacer que su pequeño departamento se viera lo más limpio posible.
La acción le pareció absurda y desde entonces comenzó a pensar lo raro que sonarían algunas de las acciones más cotidianas de los humanos si intentaran explicarlas.
De ahí surgió la idea de crear Un planeta extraño, una serie de dibujos de seres extraterrestres con comportamientos humanos que discuten en terminología técnica, como “Hoy empiezo un esfuerzo físico” en lugar de decir “Hoy empiezo en el gimnasio”.
El cómic viral ahora se traslada a una serie de Apple TV+.
“Para mí el humor y gran parte de nuestro absurdo proviene del hecho de que no tenemos tiempo para detenernos y evaluar lo extraño que es todo, porque simplemente tenemos que continuar con la vida, incluso cuando tenemos preguntas existenciales como, ¿por qué estoy tomando café si realmente me da ansiedad?”, explica Pyle en entrevista.
Lo que comenzó como un proyecto de catarsis personal, después exigió al también escritor redoblar esfuerzos. En menos de un año, el webcomic ya tenía 6 millones de seguidores. Y ahora incluso tiene un equipo de trabajo que le ayuda a crear cada capítulo.
“Estuve haciendo el webcómic con mi esposa durante varios años preguntándome cómo se vería esto en un programa de tv, pero una vez que me puse en contacto con el equipo de la plataforma, realmente entendieron cómo quería plasmar las emociones de mis personajes. Creo que así como ellos, el público también puede identificarse y verse a sí mismos o a sus amigos”.
Para trasladar el formato digital de imágenes (que a veces fueron memes) a un formato dinámico para streaming, adaptó muchos aspectos. La serie, que se estrena hoy en Apple TV+, tendrá más detalles en el diálogo y un lenguaje visual que acompañe la comedia.
La intención del creador con este esfuerzo es conectar a distintas generaciones a través de las historias de cada episodio, que reflejan a la humanidad en general.
“Cuando se hizo viral muchos viejos amigos me escribieron, pero también me di cuenta de que necesitaba seguir haciéndolo porque hay tantas personas que me han estado enviando palabras amables a lo largo de estos años, sobre todo de jóvenes que dicen que han compartido esto con sus padres o que el cómic les ha ayudado a entender ciertas cosas. Comprendí que esto ayuda a la conexión humana, así que dibujé un cómic al día durante 365 días seguidos”, recuerda.