Guadalajara.—Nicolás Haza lo dice sin problema: cuando era adolescente, lo que menos pensaba era en ser actor, para no hacer lo mismo que hacían sus papás Ludwika Paleta y Plutarco Haza.
“Era muy rebelde y siempre hacía lo opuesto a lo que ellos harían”, cuenta el joven de 23 años.
Ludwika, en tanto, comenta que no pensó en su primogénito como alguien que estuviera frente a la cámara, además de que éste siempre mostró preferencia por la música.
“Nunca se me ocurrió, porque además soy alguien que piensa que para estar sobre un escenario o un set, debe hacerlo en serio. Nunca hice nada para irlo metiendo o hablarle a un productor para que lo llamara”, subraya la actriz.
Pero hace dos años la tormenta perfecta se dio para que, de la mano de la realizadora Sofía Gómez Córdova (Los años azules) ambos se juntaran en la cinta titulada Después, la cual forma parte del Festival Internacional de Cine que se realiza en esta ciudad, cuya premier se realizó el lunes.
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¿Lo curioso? En este drama ambos interpretan a una madre y su hijo, replicando los roles que tienen en la vida real. La diferencia es que en la historia el personaje de Ludwika sufre el duelo por la muerte de su pequeño, de quien irá descubriendo su verdadera personalidad a través de exparejas.
Lo que vivieron ambos es algo raro en el mundo del audiovisual mundial. Pocos son quienes en la ficción interpretan a los padres de sus hijos reales, siendo algunos ejemplos las españolas Ángela Molina y Olivia Molina en la serie La valla, Timothy Carlton, Wanda Ventham y Benedict Cumberbatch en Sherlock y Billy Ray Cyrus y Miley Cyrus en Hanna Montana.
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“Más que sentirme como pavo real (por el orgullo) estaba yo como a la expectativa y bastante juzgona en un sentido de: ‘aquí no eres hijo de nadie’. O sea, aquí vas a pagar piso como cualquiera, como cualquier persona que empieza una película”, apunta Ludwika.
“Con Nicolás siempre he sido muy dura, siempre le he exigido demasiado y él tiene una situación más compleja que otros niños porque tiene dos padres actores y no es fácil”, externa.
Pero lo complicado para la actriz de No sé si cortarme las venas o dejármelas largas y Noche de bodas fue la primera vez que leyó el guión, hace un sexenio, pues se trataba de interpretar el miedo más grande que puede enfrentar una madre, que es perder a su hijo.
“Siempre me ha gustado contar esas historias en donde puedo por un momento experimentar o entrar en la vida de alguien que está pasando por una situación compleja, pero cuando leí por primera vez el guión no sabía si en realidad acercarme y sentir eso, quizá no era mi momento”, apunta Ludwika.
Compañeros laborales
Nicolás, quien comenta que incluso de niño jamás jugó a representar papeles pese a la convivencia con sus padres y sus empleos, entró al rodaje cuando la propia realizadora lo pensó como posibilidad.
Y le hizo el casting correspondiente, porque aun con la relación sanguínea, podía no reflejarse eso en la pantalla.
“Lo que hicimos mi mamá y yo fue separar la vida personal y en el set éramos compañeros de trabajo, era no brincarse esa línea. Ya en la noche, como con cualquier compañero, íbamos a cenar, pero no a platicar del trabajo”, detalla Haza.
Luego de presentarse en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, Después iniciará un recorrido festivalero para llegar a salas comerciales el próximo año.