Travis Scott se presentó con gran éxito en la primera noche del Festival Ceremonia, demostrando por qué era una de las figuras que más se esperaba su arribo en el escenario.
El rapero estadounidense, con su infinidad de efectos especiales de fuego y humo en el escenario, junto con juegos pirotécnicos lanzados al cielo, fue la gran figura del primer día del festival musical AXE Ceremonia.
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Primero, porque muchos de los más de 40 mil asistentes coreraron desde minutos antes del show, el nombre de Travis en varias ocasiones.
Segundo, porque dispuso de un puente metálico, colocado unos 5 metros por arriba del escenario, para dar inicio a su espectáculo, que enloqueció a los fanáticos.
“Butterly effect”, “Highest in the room” y “Sicko mode” hicieron que la gente brincara en su lugar, se acalorara y pidiera cervezas; que alzara su teléfono para capturar en video lo que pasaba enfrente de ellos o simplemente corear las letras de las canciones.
Si por algunos momentos se tardaba en iniciar una nueva canción, los asistentes bromeaban entre sí sobre la posibilidad de que el cantante haya optado por partir a su camerino.
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Pero Travis siempre estuvo. Fue más de una hora la que derrochó energía mostrada en las dos pantallas gigantes del escenario, al tiempo que un dron pasó varias veces por encima del público.
Si alguien miraba desde varios metros de distancia, habría notado una buena nube de humo sobre la zona del Parque Bicentenario. Y también escuchado un alarido contínuo, que difícilmente se quedaba callado.
Dicen que Travis, una de las cartas fuertes del AXE Ceremonia, llevó el infierno a la superficie y parecería que sí.
melc