Si no le ha pasado, debería intentarlo: tener en la memoria la primera vez que uno ve el mural histórico de Diego Rivera en la fachada del Teatro de los Insurgentes , esperando adentrarse a los miles de mundos que durante casi siete décadas se han representado dentro de este recinto.
El pasado 30 de abril este lugar cumplió 68 años. Fue creado a iniciativa de José María Dávila (empresario, escritor y político), quien quería que hubiera en la capital de México un foro con dimensiones mayores, pues sólo había teatros pequeños.
Covid-19 pone al recinto en jaque
Durante este tiempo han desfilado las figuras emblemáticas del arte dramático, la comedia o los musicales, con montajes que han hecho historia. Claudio Carrera , quien junto a Tina Galindo opera este recinto, dice que esto no significa que sea sencillo mantener sus puertas abiertas en plena pandemia por el Covid-19 , pero sabe que miles tienen un buen recuerdo de ese lugar, por lo que confía en que todo mejorará.
“Es un teatro que está en un lugar privilegiado, con una historia maravillosa, con una energía increíble, pero no te garantiza el éxito; si la obra no es buena, el reparto no interesa, si el montaje no funciona, la gente no viene; esa idea falsa de que lo que se monta en el Insurgentes funciona por ser el teatro que es, es una gran mentira”, asegura.
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Silvia Pinal develó de placa por 100 representaciones de “Hello, Dolly!”, protagonizada por Daniela Romo y Jesús Ochoa. Foto: Diego Simón.
Cabrera reconoce que han sido meses complicados en los que buscan cómo sobrevivir, mientras la normalidad vuelve.
“El teatro en el mundo pasa la peor crisis de muchos siglos (por la pandemia), nosotros la enfrentamos de la mejor manera, tratando de mantener a flote el barco sin soltar, porque lo más fácil sería hacerlo y dedicarnos a otra cosa, pero el teatro, más allá de un negocio, es una pasión, algo que hacemos, por lo que nos significa, junto a todos con quienes lo compartimos”.
“Afortunadamente encontramos ‘Blindness’ (el montaje que presentan actualmente), que es más que una obra, es toda una experiencia, un espectáculo creado en el momento de pandemia en Londres, así que conseguimos los derechos y el apoyo de la producción inglesa y es como hemos podido mantener el teatro con las puertas abiertas”.
Claudio asegura que se siente orgulloso de tener la marquesina del teatro prendida y con 12 funciones a la semana, a pesar de que aún seguimos en emergencia sanitaria.
El recuerdo del teatro en México
El productor recuerda las primeras veces que acudió al Insurgentes, fue a ver el musical “ Peter Pan” de (1981), con Olivia Bucio y Manuel “El Loco” Valdés .
“Imaginen la gente que lo ha pisado como Cantinflas, Manolo Fábregas, Mauricio Garcés, Silvia Pinal , hasta la gente que ha producido aquí como la familia Dávila, Luis de Llano, etcétera; esto sólo te lleva a tratar de hacer lo mejor y estar a la altura de lo que es este teatro”.
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Carrera cuenta que él comenzó a colaborar con Tina Galindo en 2003, con el musical “Cabaret” , pero ella ya estaba operando el Teatro de los Insurgentes desde 1994, cuando hicieron la última remodelación del recinto y se produjo “La mujer del año”, con Verónica Castro como protagonista.
Bruno Bichir e Itatí Cantoral en "Cabaret". Foto: Archivo
Juntos ya llevan más de 20 obras montadas, con las cuales han marcado la pauta en la cartelera de la Ciudad de México, algo que no buscaban inicialmente.
“Nuestra idea en ese momento era hacer ‘Cabaret’, la meta y la estrategia la fuimos construyendo con el tiempo. Inicialmente el objetivo era presentar grandes comedias musicales, espectáculos, pero cuando hicimos ‘Festen’ (2005), que la produjimos en el Teatro Helénico, inició nuestra colaboración en producción con Diego Luna y él tenía la idea de hacer ‘El buen canario’ , dirigida por John Malkovich . A partir de entonces comenzamos a encontrar el balance entre las grandes producciones de comedia musical, que son parte del entretenimiento que ha ofrecido en más de seis décadas el Insurgentes”.
No es Londres, ni Broadway, pero lo intentan
“El buen canario”, “Nadando con tiburones”, “Privacidad”
y “El curioso incidente del perro a medianoche” son algunos de los montajes modernos que han llevado a este legendario escenario, las cuales, considera el productor, cumplen con el estándar de calidad con el que han acostumbrado al público de este teatro, que fue inaugurado en 1953 con una gran producción como fue “Yo Colón”, con Mario Moreno, Cantinflas, a la cabeza.
“Es complicado mantener esta calidad, porque la economía en México no te permite cobrar lo que se cobra en Londres o Nueva York por un boleto, pero sí te exige producir con el nivel que se produce allá, sobre todo en este teatro, afortunadamente estamos acostumbrados a producir con un nivel alto”.
Daniel Giménez Cacho y Diego Luna en el "Buen Canario". Foto: Archivo
Hay otros grandes recuerdos agradables que el productor tiene en este teatro.
Pone como ejemplo lo maravilloso que se escuchaba la orquesta de 20 músicos del musicaEl buen canario, o tener a Silvia Pinal en el escenario con la obra “Amor, dolor y lo que traía puesto” ; que una obra como “El curioso incidente del perro a medianoche” se estrenara en México antes que en Nueva York son algunas de las situaciones que han marcado la historia de Claudio Carrera con el Teatro de los Insurgentes.
Por eso, al cuestionarlo sobre si en algún momento tanto él como Tina Galindo pensaron en el cierre del teatro, él asegura que no, al contrario, siempre han tenido una obra lista esperando su turno en cuanto termine su temporada la que está en cartelera; es más, ni en este año de pandemia se barajaron esa posibilidad.
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“Abrir era una idea muy remota, afortunadamente logramos presentar este montaje; ahorita con ‘Blindness’ trabajamos un aforo de 10% y podemos salir adelante con una obra que, aunque no es una inversión chica y que nos cueste a la semana una buena cantidad de dinero, nos permite sobrevivir hasta que podamos volver con una obra con actores en vivo y toda la gente que hay detrás, que es necesaria para que la magia suceda”.
El curioso incidente del perro a medianoche. Foto: Archivo
El dato
- El Teatro de los Insurgentes se creó por iniciativa del empresario José María Dávila, y buscaba que fuera distinto a los recintos que había en ese momento, porque sería para la clase media.
- La historia del teatro en México fue inmortalizada en el mural de Diego Rivera que luce la fachada de este recinto en el que se alude al arte escénico, pero también a la desigualdad en México.
Así lucía en Teatro de los Insurgentes, el cual fue sede de las Olimpiadas de México 68. Foto: Archivo
- De 1956 a 1963 Manolo Fábregas presentó 19 obras, por lo que su esposa Fela Fábregas ideó una estrategia para atraer a las grandes estrellas, la prensa y el público en general al Teatro de los Insurgentes, las develaciones de placa por representaciones y las alfombras rojas en los estrenos, algo que hoy es una tradición en México.
- En ese entonces la ciudad estaba en crecimiento, por lo que el teatro estaba lejos de la actividad teatral de la ciudad, estaba ubicado a la mitad del camino entre el Viaducto Miguel Alemán y la entonces nueva Ciudad Universitaria.
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