El director Michael Morris considera que las películas no tienen que ser grandes para ser nominadas a un premio como el Oscar.

Su debut en la pantalla grande con Mala suerte, buena suerte (To Leslie) acaparó miradas a inicios de año, cuando la protagonista Andrea Riseborough fue nominada como Actriz: se trataba de una cinta independiente entre el mar de grandes producciones que competían.

Ahora que su filme se proyecta en cines mexicanos —a partir de hoy—, Michael reflexiona:

“Éramos muy pequeños y teníamos una historia muy sencilla. Luego un par de actores (entre ellos Gwyneth Paltrow y Amy Adams) que habían visto la película se enamoraron de ella, y usaron sus redes para decir, ‘ey, deberían de verla’”, recuerda.

“Es hermoso que Andrea fuera nominada gracias a sus compañeros que hicieron campaña con ella. Esto pasó con una de mis películas favoritas, Biutiful, de Iñárritu. No hubiera visto esa película si no hubiera visto a otros tres directores diciendo, ‘no vean mi película, vean Biutiful’”.

El estreno en México llega luego de que la Academia, que entrega el máximo premio al cine en EU, anunciara nuevos estándares para la elegibilidad en la categoría Mejor película para 2025, que incluirán: estreno de una semana en salas en una de las seis ciudades de EU autorizadas y un periodo de proyección de siete días, consecutivos o no, en 10 de sus 50 principales mercados.

Michael pone el ojo en las producciones pequeñas, como la que es su ópera prima.

“Películas independientes como esta casi nunca son nominadas de esta manera, sólo si son distribuidas por A24 o alguna gran compañía. Puedo asegurarte que hubo otras seis interpretaciones fenomenales de hombres y mujeres en 2022, en películas pequeñas como la nuestra, que pudieron estar nominadas y la gente no las vio. Así que si algo puede cambiar es que las películas no tienen que ser grandes para ser nominadas”.

Mala suerte, buena suerte sigue a una madre soltera del oeste de Texas, que hace seis años ganó la lotería, pero despilfarró el premio en fiestas y alcohol. Ahora busca redimirse y recuperar el rumbo de su vida.

“A pesar de lo difícil que es su camino, y que ella realmente lastima a la gente a la que ama, al final esta es una historia sobre cómo el amor de alguna manera se sostiene”, señala el director.

Morris destaca que esta es una historia universal con la que todos se pueden identificar:

“Todos somos Leslie de cierta forma, y de cierta forma todos la amamos... a través de tus actos puedes causar cualquier tipo de dolor, lastimar o quebrantar las vidas de las personas que más amas, todos lo hacemos.

“La condición de amar a alguien es ser capaz de que esa persona te lastime y esa es una experiencia que, no importa que seas de Texas o de la Ciudad de México, todos lo hacemos”.

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