La energía fue tal en el Corona Capital que por primera vez en la noche el público coreo el nombre de la banda como suele hacerse tradicionalmente “Olé ole olé, The Hives” a lo que el vocalista respondió “Te amo México”.
“Es bueno o no”, intentó decir Pelle Almqvist, el vocalista sueco, “es un rif de guitarra”, agregó, “te gustan los riffs de guitarra, dejen que este festival explote, levanten las manos y cantar, ¡loraloreee!”, dijo en un alarido mientras los vasos siguieron volando empapando a los que estaban hasta adelante del público.
Pelle, envío besos al público provocando cada vez más la euforia, al finalizar “Tick, Tick boom” el público lucía cansado, sudoroso por los empujones y el baile, por toda la energía que estaban dejando con The Hives, que no los dejaron descansar.
“Nunca silencio en el concierto de Los Hives, nunca silencio, donde están señoritas, señores, todos nosotros, que tal se la están pasando, es un buen momento”, preguntó el sueco
Se aventó al público entre todas las manos furiosas que lo querían alcanzar, mientras una persona semi desnuda se lanzaba tras la valla que separa el escenario del público, y se le aventaban dos guardias de seguridad encima para detenerlo.
Antes de despedirse Pelle aseguró “No es el final, yo sé que no es el final, nos volveremos a ver, Te amo”, dijo antes de terminar el show ante el aplauso del público.
Pulp llena de energía
Con una bola disco en lo alto del escenario, y con música solemne Pulp apareció en el escenario Vans para cerrar la actividad en esta tarima.
Con una gran afluencia de las 80 mil personas que se dieron cita en este primer día de actividades. Pulp introdujo así público con un tema progresivo entre un teclado de sonido profundo y una guitarra psicodélica detrás de la voz de Jarvis Cocker.
A mitad de concierto después de uno de los momentos más íntimos de la noche, una caja de pulparindos, cayó a pies de Cocker que levantó la caja la desbarató y aventó todos los dulces al público.
El público escucho atento cada canción, moviendo las rodillas las caderas y brincando delante del escenario estirando los brazos cada que el cantante se acercaba a la orilla de la tarima.
Cientos trajeron mascaras de Jarvis consigo en señal de amor por el grupo inglés, que cerró con un toque presente en todo el primer día de actividades, el estilo inglés de hacer rock, con guitarras rítmicas, carisma y elegancia.