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Gritos agudos de jóvenes y niñas daban la bienvenida al Pepsi Center, adentro ya esperaba The Driver Era, con el también actor Ross Lynch y Rocky, músicos de no más de 30 años, dispuestos a sudar en el escenario este viernes por la noche.
Sus fans brincaban de emoción en las filas a las afueras del inmueble, se empujaban, corrían, gritaban inquietos. Sus padres desde lejos esperaban ya en los automóviles, o tomando un café, los nervios de sus hijos estaban a tope y el grupo todavía no salía a la tarima.
Afuera la venta de posters, stickers, todo tipo de memorabilia no era como en un concierto más, las fans gritaban para vender las cualidades del músico, como su físico, su cabello, o su cara, para ver si con eso las demás fans se animaban a comprar.
Dentro, la música de ambiente ya se reproducía mientras miles seguían llegando, y cada que terminaba una canción los gritos eran generalizados, más mujeres que hombres, eufóricas por ver al grupo en vivo aunque se emocionaron en vano.
Primero el grupo Almost Monday salió al escenario para comenzar con la música en directo, el público bailó y disfrutó, pero cuando terminó de tocar la banda abridora fue cuando de verdad se desbordaron las 4 mil 700 personas que ya habían inundado el Pepsi Center.
El recinto, pequeño pero amplio para que el público pueda disfrutar de distintos ángulos, permitió que la gran mayoría se conglomerara frente al escenario, pero los empujones y el permanecer por mucho tiempo de pie en medio de tanta gente provocó que muchas jóvenes tirarán la toalla poco antes del show.
Salieron casi desmayándose, un poco por el calor pero también por la aplastanteasa de miles de seguidores que quería estar cerca y pertenecer al momento en primera fila. Los pasillos llevaban a tomar un respiro a esos que no soportaron las inclemencias.
Finalmente The Driver Era salió al escenario, con los cabellos rubios el dueto entró solemne con un piano empujandolos a la tarima, y un grito que como estruendo parecía levantar sus largas cabelleras y volar la gorra de Ross.
“OMG, please Don't come around”, fue el tema que con calma presentó a la agrupación en medio también de sintetizadores, que por el ruido y el eco que provoca esa cueva llamada Pepsi Center.
Pero pronto cuando las emociones se equilibraron, el público asimiló la presencia de sus ídolos, todo se armonizó, los miles cantaban al tiempo de Ross y Rocky, con ellos detenidos en el escenario las manos se levantaron de lado a lado.
Uno de sus temas más conocidos, “Rumors” se anunció por esas voces del preludio del tema, que solo repiten una letra, pero parece que le hablan a los fans, y ellos captan rápido la señal, es uno de sus temas favoritos, los más borrachos se abrazan, ríen, no lo pueden creer, están tan cerca, pero una valla los separa.
“Take me away”, y “Fantasy”, impulsaron más esa emoción cuando ya los protagonistas se quitaron las camisas que desde un inicio traían desabotonadas. Bailando por el escenario corriendo, se entregaron y disfrutaron frente a la Ciudad de México.
Las energías se atenuaron, pero el grupo anunció dos temas más después de una breve pausa, y fue momento de dar el resto, tanto para la banda como para los fans “After Glow”, y “Kiss” hicieron que el público se identificará aún más por la mención de México en el primero de ambos temas.
“Así es como va la historia (así es como va la historia) Abajo en México (abajo en México) No hace mucho (no hace mucho) Estábamos completamente solos (estábamos completamente solos)”, cantó Ross.
Y lento fue entrando a “Kiss”, como si con un beso decidieran despedirse de sus fans, un beso lleno de emoción, sudor y energía que llevó agotados y en paz a los fans a sus casas después de bailar y brincar toda la noche de este viernes.
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