La cineasta argentina Jimena Monteoliva considera que se está viviendo un resurgimiento de películas de terror y fantasía latinoamericanas, pues hasta hace unos años los referentes eran en su mayoría de títulos de procedencia extranjera.
Su contribución al género lo hace con Matar al dragón, largometraje que dirige y que se estrenó recientemente por la plataforma gratuita de entretenimiento Vix Cine y tv, en donde mezcla también el suspenso.
“México para mí es el país vanguardista del género y ojalá empecemos a meter un poco más de fantasía porque es lo que está faltando”, dice en entrevista.
Para el filme, Jimena señala a Guillermo del Torro y El laberinto del fauno como una de sus referencias en la paleta de colores.
La historia muestra la división de dos mundos (oscuridad y luz) y se desarrolla en un universo que recrea los cuentos infantiles de los siglos XVIII y XIX. En ella el público seguirá a dos hermanos (Elena y Facundo) que viven en el paraíso y cómo la pequeña de ellos es secuestrada y llevada al infierno para reencontrarse 20 años después cuando ya son adultos.
La cineasta señala que el terror y la fantasía no se hacen tanto en Latinoamérica debido a los presupuestos pero tienen algo que atrapan al público.
“Hay mucho en el terror que, por más que sea fantasía o no sea realista, de alguna forma podemos asociarlo, entenderlo y conectarnos con lo que está pasando sea metafóricamente o no; hay mucho que podemos encontrar de nuestra vida en esos filmes”.
Además, el proyecto tiene una reflexión más profunda que tal vez no se vea a primera vista a decir de la directora y es la que tiene que ver con la desaparición de mujeres que en países como el suyo es tan latente.
“México para mí es el país vanguardista del género y ojalá empecemos a meter un poco más de fantasía porque es lo que está faltando”. Jimena Monteolivo. Realizadora
“Quise llamar la atención con respecto a este problema, que en la vida real, además de los cuentos de hadas, desaparecen chicas que son por un sistema que es más fuerte que ellas y que lo sostienen”, explica.
“Ese es el mensaje que quise transmitir, el del reclamo ante esto. Siento que en la película logramos terminar con ese sentimiento, ojalá que en la vida real podamos también terminarlo”.
La película fue escrita por Diego Fleischer y realizada durante 2019 en Argentina.