Desde hace casi un mes, la gente ve cada sábado a Lolita Cortés reírse, bromear, enojarse y hasta desesperarse durante cada emisión de La palabra secreta: Password, programa que dice, ha retado tanto su paciencia como su creatividad.
“Mi mayor problema fue soltarme, yo no me dedico a esto, no soy Marco Antonio Regil”, confiesa la llamada “Reina de los musicales”.
“Ahí sí empecé de ceros, el primer día grabamos dos programas, uno de ellos lo empezamos temprano, eran las nueve de la noche y no terminaba, pensé que me iban a correr”, recuerda Lola desde su camerino.
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Confiesa que la clave para que todo saliera bien fue relajarse, fue entonces que las cosas comenzaron a fluir y el programa, que se transmite cada sábado por Azteca Uno tomó el tono divertido y emocionante que tiene hoy.
Superar esto era importante para la actriz, pues fue un voto de confianza el que le dieron, por lo que quería estar a la altura, y gracias al apoyo y la paciencia de todo el equipo de producción, la también llamada “Jueza de hierro” superó esta prueba.
El último programa de concursos que hizo Lolita en esta línea fue hace 10 años, con El rival más débil; ahora, agradece tener mucha más libertad de proponer para este programa.
“Puedo ser más yo, vengo a divertirme, a pasarla bien y, obviamente, cuidando el sueño de nuestros participantes, que es por lo que están aquí”.
Una de las cosas que más le han gustado, es que las grabaciones se realizan con público y eso, dice, le da otra energía a la dinámica del programa y agradece que la gente que va como espectador se muestre siempre respetuosa con los concursantes y los invitados.
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Lola, quien se considera una mujer sumamente perfeccionista, confiesa que a veces sí se desespera con los artistas que acompañan a los concursantes, porque no ayudan mucho a adivinar la palabra que los puede hacer ganar, por lo que les tiene que recordar que es un juego.
“Eso es lo que más trabajo me ha costado, tener que ocultar esa parte de mi frustración por no poder ayudar, no poder interrumpir, en ese aspecto me van a ver más yo, pero me han tenido que jalar las riendas”, explica.
La palabra secreta tiene un significado muy especial para ella, porque su madre Dolores Jiménez (q.e.p.d.) era gran fan del programa desde que estaba Rodrigo Murray conduciéndolo, por eso, dice, disfruta cada momento, incluso si eso significa sacrificar el tiempo con su familia.