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Netflix afila el oportunismo y nos trae dos documentales y el episodio de una serie que rememora la época de los primeros videojuegos en la década de los 80. No es nostalgia retro, sino un regreso a las fuentes para repasar cómo empezó todo.
La propuesta es ideal para los tiempos actuales, en los que los videogames replican la realidad casi a la perfección y el metaverso se ha transformado en la próxima parada de la humanidad.
Aprovechar la propuesta de Netflix para repasar estos documentales les ofrecerá a los desarrolladores de videojuegos y también a los fanáticos, entender cómo en aquellos tiempos se hicieron los primeros productos con poca tecnología y muchísimo ingenio.
¿Cuáles son los documentales?
Los documentales de Netflix sobre los videojuegos de la década de los 80, traen a cuento un videogame de Dinamic, una de las primeras plataformas de juegos electrónicos de aquella época que no nació en Estados Unidos sino en España y tuvo un gran desarrollo.
Aquí habla de uno de sus juegos más famosos, “Capitán Morcilla” o también “Capitán Sevilla”, el título del documental es “No nos gusta el Capitán Morcilla”.
El otro documental de Netflix para disfrutar es High Score, un recorrido por la industria del videojuego en los años 80, dividida en seis capítulos. Claramente la producción se queda corta, pero no por floja, sino porque esa década fue la de ir a jugarlos a un local comercial de juegos porque no estaban a mano como ahora, en nuestras pantallas.
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High Score recorre en Netflix la fuertísima rivalidad entre dos grandes de la época: Nintendo y Sega que se disputaban el monopolio y control de la novedad, pero también bucea en los primeros juegos en 3D que comenzaron a aparecer y que fueron una sensación. Los testimonios de esta producción brindan una excelente pintura general de la flamante industria en esos años.
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Otra opción en Netflix es el episodio de una famosa serie que también profundiza en el tema. Hablamos de Black Mirror, la popular producción que permitía a los televidentes algo único: poder cambiar el argumento de la ficción como el desenlace de la misma con solo tocar el botón del control remoto.
En el capítulo de Bandersnacht , un programador logra transformar un videolibro en un videojuego. Transcurre el año 1984 y la industria de los microordenadores estalla y forma un mundo imposible de imaginar.