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Cuando Televisión Azteca comenzó a producir contenido en 1993, algunas de sus estrellas eran personalidades que habían desfilado previamente por Televisa. Andrés García, Ana Colchero o Mariana Garza eran algunos de ellos.
Con la producción de mayor contenido en los siguientes años, Azteca se dio cuenta que antes de exportar actores de otros lugares, tendría que crear a su propio talento.
Así, en 1997 se creó el Centro de Formación Actoral (Cefat) del cual es director Raúl Quintanilla, quien en 21 años de formar parte de esta escuela de actores, asegura que los alumnos que han salido de sus aulas han podido ser protagonistas no sólo de telenovelas, también de películas, obras de teatro y han logrado trabajar en México y el extranjero.
“Creamos una escuela que comenzó con el prejuicio de que era una sólo de televisión y al final se ha convertido en una opción de formación de personas que han triunfado en el cine, la televisión, el teatro y eso fue producto de una serie de modificaciones en la formación de los estudiantes que se acoplan a cada cambio en el gusto del público”, dijo.
Quintanilla recuerda que una de las razones por la que se creó este instituto también fue para formar a histriones que tuvieran una visión distinta a la de la mayoría de los actores que trabajaban en aquella época.
“Fue complicado al inicio tener una escuela de actuación porque nos enfrentábamos a una audiencia que estaba habituada a una sola opción de entretenimiento. Lo complicado fue romper hábitos, romper las costumbres que la gente tenía en ese momento y demostrar que eramos una opción distinta, una televisora que estaba haciendo proyectos distintos con un sentido diferente, con programas contrastantes”.
Bajo esta premisa, el maestro Quintanilla se siente orgulloso de las cosas logradas con el CEFAT, en particular de dos: del talento que ha salido de su escuela y del nivel de productividad que han logrado sus alumnos.
Algunos de ellos, como Silvia Navarro, Bárbara Mori y Andrés Palacios, si bien no trabajan ya en la empresa, para Quintanilla son una muestra del trabajo que se hace en el Cefat.
“De lo que más orgullosos nos sentimos es del porcentaje de productividad que tenemos, que es del 94%. Nosotros queremos formar a alumnos que no sean desempleados y hacemos que una persona siempre se mantenga con empleo, que se sepan administrar”.