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erika.monroy@eluniversal.com.mx
Honorina Arroyo dice que aún no sabe qué hará con el premio de un millón de pesos que obtuvo al ganar MasterChef México 2017. En el programa dijo que parte del dinero lo destinaría a ayudar a su compañera Seila Vidal, hoy dice que sí le dará algo de ayuda para que se motive.
La tlaxcalteca de 56 años se volvió tendencia en las redes sociales el domingo por la noche durante la final del reality show.
“No me siento famosa, siempre tiene que haber humildad, uno siempre tiene que saber de dónde viene y yo no me he puesto chocosa”, señala.
La participante está disfrutando de los halagos y mimos de amigos y familiares, aún llora de felicidad y se deja abrazar hasta por los que le piden la foto del recuerdo.
Gracias a MasterChef México, Arroyo aprendió nuevas técnicas, nuevos ingredientes y todo eso será aprovechado por alguien muy especial: su esposo (y su familia). “Pues seguramente pedirá platos nuevos y pues se los voy a hacer”, expresa.
Durante la final del programa de competencia, Honorina se enfrentó a Pastor Pérez y Cyntia González. Para la última cocinada, a los tres finalistas se les concedió 15 minutos en el mercado durante los cuales se abastecieron de todos los ingredientes para presentar: una entrada, un plato fuerte con pescado o marisco, un plato fuerte con la carne que deseen y, al final, un postre.
“Yo ya tenía mis platillos definidos, quería que fueran lo más mexicanos posibles. Yo me dije que no iba a inventar nada porque era la final y había que ir a la segura”, explica Honorina.
Fue así que con un mixiote de pescado, mole de conejo, barbacoa de cordero con consomé estilo Atlangatepec y unas donas, Honorina convenció a los jueces de que ella debía llevarse el título.
Benito Molina, Betty Vázquez y Adrián Herrera estuvieron acompañados de dos chefs invitados. El chef español que comanda el casino español de Madrid, ganador de dos estrellas Michelin, Paco Roncero; y el mexicano que abrió dos restaurantes en España: Niño viejo y Hoja Santa, con una estrella Michelin Paco Méndez.
De los comentarios de los jueces sobre los platillos de la ganadora, fue que el mole tenía por decoración una flor. “Todo fue a las carreras y ya no encontré otra cosa bonita para arreglarle al plato, así que fue pura improvisación, desde que llegué improvisé más que nada”, asegura.
Chilpachole de huachinango, Nido de langostino, Chile relleno de jaiba y birria zacatecana, fueron algunos de los platillos que Pastor y Cyntia presentaron, con la intención de presumir sus tierras natales y la riqueza que tiene la cocina mexicana y sus ingredientes de cada estado.