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En el antiguo Egipto, los felinos eran tratados como auténticas deidades, tenían mucho más valor que humanos de la época, incluso se les daba la pena capital a aquellos que osaran terminar con la vida de alguno de esos animales.

Sin ser una deidad, Garfield ha sido a lo largo de 40 años uno de los gatos más exitosos del papel y también de la televisión, incluso haciendo algunas intervenciones fallidas en el cine.

Garfield no vivió en la época de los egipcios —nació de la mente del caricaturista Jim Davis en 1978—, lo cual no ha impedido que a lo largo de sus cuatro décadas de existencia se crea superior a cualquier homo sapiens, pues considera que merece una vida llena de descanso, comodidades y muchas lasaña.

El gato más popular de la televisión y las tiras cómicas ha pasado a la cultura popular como un minino perezoso que utiliza su inteligencia para manipular constantemente a su dueño Jon Arbuckle (Bonachón, en el doblaje latino).

Su creador, Jim Davis, creció con 25 gatos en una granja y comenzó a dibujar desde los primeros años; publicó en 1978 la primera tira cómica en la que aparecía Garfield.

El caricaturista considera que la razón detrás del éxito de su personaje se debe a que en el fondo todos los dueños de algún gato sienten que su mascota es Garfield.

“Lo gracioso es que cuanto más humano lo hago, la gente más dice que es como un gato. Pero luego empiezan a ver sus propias imperfecciones: come demasiado, está gordo, es haragán, pero es feliz con esto y la gente se siente mejor viendo esto en Garfield. Además, su actitud, su cinismo... La gente joven ama estas características”, expresó Davis en alguna ocasión.

La popularidad del personaje llegó en un momento en el que la televisión y las tiras cómicas estaban dominados por superhéroes y cuando se trataba de personajes de animales, los perros eran quienes sobresalían en el rubro. Para Davis, esto pasaba porque nadie antes había explorado las posibilidades que los felinos podrían tener. Además, en el caso de Garfield, retrataba de forma exacta algunas características de los gatos.

“Cuando lo dibujé por primera vez, recién estaba aprendiendo a hacer caricaturas. Tenía ojitos chicos y grandes orejas de conejo y un cuerpo gordo. Era un personaje realmente ‘agrio’. No se movía mucho y básicamente se quejaba bastante de la vida. Además tenía patas cortas que no permitían que se moviera muy bien”, recordó con nostalgia el dibujante estadounidense.

Fue en 2004 cuando la 20th Century FOX llevó las irreverencias del personaje naranja a la gran pantalla, aunque como la película se hizo en live action, el gato tuvo que ser computarizado.

Con un presupuesto de 50 millones de dólares, el filme dirigido por Peter Hewitt obtuvo a nivel global 200 mdd, lo cual le dio luz verde a una segunda parte que se estrenó dos años más tarde y que estuvo a cargo de Tim Hill.

La secuela no contó con la misma recepción; aun con un presupuesto más elevado que el filme anterior, Garfield: A tail of two kitties apenas recaudó 140 millones de dólares.

Se hizo la tercera y no parece que la distribuidora tenga ganas de hacer algo más con el felino.

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