Televisión

El escritor que vio cambiar la comedia

En 50 de sus 74 años, Manuel R. Ajenjo ha sido testigo de la transformación de este género

En su currículum se cuentan La carabina de Ambrosio, Pirrurris presenta y La parodia.
20/07/2019 |01:14
Araceli García
Pendiente este autorVer perfil

araceli.garciam@clabsa.con.mx

Conversar con el guionista Manuel R. Ajenjo significa revivir historias de personajes de la televisión mexicana como Mauricio Garcés, Enrique Rambal y César Costa.

De sus 74 años lleva 50 escribiendo comedia. En su currículum se pueden leer títulos como Ensalada de locos, La carabina de Ambrosio, El Pirrurris presenta, La güereja y algo más y en últimos años La parodia.

Newsletter
Recibe en tu correo las noticias más destacadas para viajar, trabajar y vivir en EU

En ese tiempo ha visto cómo este género de entretenimiento ha cambiado en México tanto en el lenguaje como en qué tantos proyectos se producen actualmente.

“La forma de hacer comedia se ha transformado porque la semántica cambia, las palabras que antes nos parecían fuertes han aminorado su carga peyorativa. En 50 años ha cambiado todo un lenguaje que se utilizaba muy, entre comillas, decente, y que ahora tomado un poco más de doble sentido porque la gente está abierta hacia eso”, explica en entrevista.

“Antiguamente se hacían muchos programas de comedia, que es rentable pero nada más en su lugar de origen, no es internacional”, considera.

Ajenjo ve en las televisoras menor interés por la comedia; refiere que esto se debe a que es difícil trasladarla con todo su peso y su valor a otro idioma o idiosincrasia, de ahí que sea más práctico hacer materiales más universales como el melodrama, la telenovela o las series, dejando a la comedia relegada.

“Actualmente hay una tendencia a no hacer programas de una larga temporada y lo mismo las telenovelas, se redujeron los capítulos como era en un principio. La empresa quiere hacer menos unidades de un programa, así yo dudo que un programa forme época”.

Ajenjo recuerda cuando trabajó con Mauricio Garcés, Emilio Brillas y Enrique Rambal, este último le compartía algunos cuentos rusos, como de como Antón Chéjov para adaptarlos a sketches.

“Fue un ejercicio muy interesante, ahí aprendí mecanismos del sketch porque eran cuentos que eran como chistes largos, con un gran contenido de cosas humanas. Fue un tiempo en que no era tan necesario el chiste tras el chiste como es ahora”.

Te recomendamos