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Como ocurría frecuentemente en la llamada Época de Oro del cine mexicano hace siete décadas, un rancho vuelve a ser personaje de una película, a la cual hasta título le da.
La comedia Allá en el rancho, dirigida por Rafael Montero (Dame tu cuerpo y Cilantro y perejil), cuenta la historia de una joven de clase alta, quien es enviada a uno de estos lugares campiranos para tratar de entenderse a sí misma.
“Es una chica consentida que se cree dueña de todo y a la que mandan a esto”, dice Montero, durante un receso del rodaje.
“Tenía yo terror de hacer la película porque soy urbano, un hijo del cemento, pero cuando llegamos a este sitio, de inmediato supe era el lugar ideal”, agrega.
La locación se encuentra en la carretera libre México-Cuernavaca y desde su entrada se observan borregos, metros adelante una familia de venados y un lago cercano a una cabaña.
Ahí es donde Danae Raynaud (Club sándwich) emprende su transición al lado de un ranchero (Hoze Meléndez, Almacenados) y otro del cual se enamora (Mario Moreno, nieto de Cantinflas).
“Mi personaje acaba de salir de la universidad y al principio puede parecer algo banal, pero va desmostrando que es una persona con mucho matices”, apunta la actriz.
“Yo he trabajado un poco en la ordeña de vacas, montado a caballo, al final es recordar mi infancia, pues esto me tocó de cerca”, cuenta por su parte Hoze.
De Moreno llama la atención un papel lejos de la comedia que ejercía su abuelo, al ser ahora alguien preocupado por las comunidades más necesitadas.
“He hecho más comedia en teatro, ahora toca esto porque creo tiene un mensaje bonito”, abunda el joven.
Allá en la rancho es producida por Mineko Mori y la compañía Latam, responsable de comedias como No sé si cortarme la venas o dejármelas largas, de Manolo Caro, y una filmación de mes y medio, con estreno en 2018.
Azela Robinson y Juan Carlos Colombo complementan el reparto de Allá en el rancho, cuyo título podría cambiar, pero hasta ahora ha funcionado bien.