Para Pablo Perroni y Mariana Garza la puesta en escena " Sólo quiero hacer feliz ", tiene un significado muy especial para ellos, porque fue la que originó la idea de construir el Teatro Milán después de montarla en 2010 y el 20 de marzo llegará a su tercera temporada en ese recinto.

“Es un proyecto que hicimos juntos y que nos enseñó la exigencia de hacer una trilogía. Las otras dos ocasiones tuvimos que desarrollar un montón de cosas y a decidir si queremos continuar haciendo teatro; entonces procuramos tener un espacio porque tuvimos varias situaciones desfavorables respecto a la producción, rentando teatros para hacerla; por esto le tenemos un cariño y agradecimiento infinito porque nos ha pulido, nos ha dado la posibilidad de hacer un gran ejercicio no sólo como actores, sino como personas, a decidir ir más allá”, dijo Mariana, que en esta ocasión va sólo como actriz y no producirá.

"Sólo quiero hacerte feliz", se ha montado cada cinco años (2010 y 2015) por esta compañía, conformada por Pablo Perroni, Mariana Garza, Anahí Allué , Mario Alberto Monrroy , Yuriria del Valle y Carlos Rangel (Manigüis), quien recientemente se integró al equipo.

“Es muy complicado como actor retomar personajes y hacerlos crecer, pero quizá a mí se me está acumulando un poco más el trabajo, porque no sólo tengo que crear el personaje, sino además tengo que estar a nivel de mis compañeros, que tienen ya un antecedente que les da una referencia, entonces yo tengo que agilizar mi proceso para estar a la par”, comentó Carlos Rangel .

Pero Mariana subrayó que el trabajar con un director como Juan Ríos es una gran ventaja, porque él logra que algo que se ha hecho en otras ocasiones, sea trabajado por sus actrices y actores como si fuera la primera vez que se encuentran con la historia, dándoles la oportunidad de aterrizar más cosas de fondo en la historia

“Los personajes que uno hace están nutridos de la experiencia que tienes, obviamente también de la dirección. La diferencia en cada una de sus palabras que he dicho ya casi en tres ocasiones, tiene que ver en lo que ha sucedido en mí en todos estos años”, dijo Mariana.

Esta obra escrita por Alan Ayckbourn, muestra a tres hermanos con sus respectivas parejas, durante una fin de semana en la casa de su madre. Las desavenencias que surgen entre ellos, las mentiras, reproches y todo lo demás, sirven para que el público termine de juntar las piezas de este rompecabezas que se desarrolla en tres distintos escenarios: sala, comedor y jardín. Así que cada fin de semana la gente decidirá que contexto explorar por función, pero el domingo, si así lo desea, puede tomar el maratón de seis horas y en una sola visita al Teatro Milán conocer todas las perspectivas.

Juan Ríos explicó que como director el mayor reto es que la información que se da al espectador sea legible en cualquiera de las tres versiones que éste vea, sin importar el orden, pero destaca que si ven todas las variantes es mucho mejor.

Como la historia esta ubicada en la década de los 70, el público mayor podrá experimentar un poco de nostalgia al recordar como eran las cosas en el pasado e incluso al escucharlos decir palabras o frases que hoy en día ya no se usan, pero las nuevas generaciones pueden encontrar fascinante el contexto de la obra.

“Es como si se tratara de un museo viviente, donde verán como se vivía cuando no estábamos tan conectados a través de un aparato celular, sino que teníamos que conectarnos frente a frente y decirnos las cosas directamente, eso aquí tiene una implicación muy importante”, dijo Juan Ríos.

Aunque es una comedia, los seis personajes pueden ser muy empáticos por el drama personal que cada uno está pasando y esto hace reír al público por el humor que se maneja.

“También habla de un gran hastío, de una gran tristeza e incapacidad para comunicarnos con el otro, justamente quieren hacer feliz al otro porque son muy infelices”, declaró Ríos, que considera que esta será la última vez que monta esta obra.

fjb

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