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Una noche de plática entre Silvia Navarro y Adrián Vázquez, quien es actor, dramaturgo y director, dio como resultado el libreto de la obra Donde los mundos colapsan, una bella historia de amor que él escribió pensando en Silvia y Osvaldo Benavides.
“Es un proyecto muy personal y se vuelve parte de ti. La manera de involucrarte es más profunda, más completa, es más parte de tu vida, no estás tan contratado. Cuando es algo tan nuestro tiene un sabor especial y eso lo nota la gente”, dijo Benavides respecto a protagonizar una puesta en escena hecha a la medida.
El texto habla de Valeria y Richard, dos desconocidos con historias diferentes pero más entrelazadas de lo que creen, su encuentro nos recuerda que pase lo que pase, hay momentos exactos para converger.
El autor estuvo muy de la mano con Silvia y Osvaldo creando sus personajes, es por eso que hay un poco de ellos en la personalidad y sentimientos de los protagonistas.
“Le compartí las ganas de disfrutar la vida a todo lo que da y como te la dan; aunque Adrián tiene mucha pasión por la vida y pienso que logró eso con mi personaje de Valeria, que es una mujer de furia; descubrió cómo llegar a explotar absolutamente el amor, la pasión, los sueños, la risa, el llanto, la tristeza. Es algo extremo”, señaló Navarro.
Al igual que en la trama de la obra, Silvia consideró que su oportunidad de tener este texto en sus manos no fue casualidad y mucho menos haberse encontrado con el autor.
“Es el momento perfecto para disfrutar más las cosas, Adrián es mágico, es un conecte importante en mi vida y creo que el tiempo en que la estamos haciendo es perfecto para mi trayectoria”.
Osvaldo Benavides comentó que en el escenario hay mucha complicidad entre ellos y la pasan muy bien, porque entre las ventajas que les da el madurar está el dejar de lado la lucha de egos.
“Cada que bajo del escenario es como haber terminado una fiesta, pero de las buenas, porque es un ritual conectado de almas que se encuentran”, describió Benavides.
El actor también habló del resultado que esperan en el público: “Las alamas se miran y se gozan, es una catarsis luminosa, al salir me siento lleno de esperanza”.
Donde los mundos colapsan permanecerá en el Teatro López Tarso hasta el 28 de octubre.