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La idea surgió de Morris Gilbert, el productor de Mejor Teatro, la empresa más grande de montajes en México: cuando un cliente hace una reservación, ya sea uno, tres o más boletos, a esa reservación se le llama cápsula. Automáticamente la computadora bloquea un número de butacas aledañas a esa cápsula, pues se entiende que ese grupo comparte la mesa, transporte y lugares; entonces no tiene caso separar a la familia.
De esa manera se lograría ocupar hasta 70% de los teatros, a diferencia del 45% o 50% que se ordena en el Plan gradual hacia la nueva normalidad emitido por el Gobierno de la Ciudad de México.
“Es un sistema —dice Guillermo Wiecher, otro productor— que Gilbert conoció por sus socios en Israel, donde será implementada en esta reapertura”.
La propuesta se puso sobre la mesa del Consejo de Teatro de Teatromex y se espera presentarlo a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, en los próximos días.
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De otra manera, los teatreros (que cumplirán tres meses con sus foros cerrados) prefieren esperar a que el semáforo esté en verde para subir el telón, ya que las restricciones del plan gubernamental hacen incosteable una obra.
Según Quiroz, la operatividad de un teatro sería complicada con la nueva normatividad, por lo que, en su caso, esperará a que la pandemia esté más controlada. Además, considera que no es viable la idea de modificar la puesta en escena con el fin de respetar las normas sanitarias.
“Sería muy fuerte cortar personajes o personal del ensamble como lo están haciendo en Europa, porque además la obra ya está concebida con cierto número de personajes, ¿cómo van a bailar, cantar, cargar a una bailarina o a crear escenas románticas con la sana distancia?”.
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Él y otros productores ya se están preparando, incluso enviarán un comunicado dirigido a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, solicitando apoyo económico para la sanitización de los teatros.
Jorge Ortiz de Pinedo considera que el regreso va más allá de la normatividad establecida, pues se trata de una conciencia generalizada del público y los empresarios, no sólo en nivel económico, también moral.
“Necesitamos el apoyo de su presencia y sus boletos para reactivar nuestra industria porque de otra manera no tendría una reactivación auténtica; sólo podrían trabajar los que tienen subvención gubernamental”, afirmó Ortiz de Pinedo.
El productor señala que habrá modificaciones en los sueldos del equipo, así como en el cobro de precios durante la reactivación; de igual manera la integración de medidas sanitarias como la entrega de toallitas para limpiar los celulares.
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“Estamos todos de acuerdo en que hay que sanitizar los teatros, pedirle a la gente que vaya con cubrebocas, lavamanos a la entrada y dar gel, que todos los técnicos puedan estar con sus caretas, pero es ridículo que pidan que los actores estén con mascarilla. ¿Cómo le haces tú para que Romeo y Julieta no se den un beso? Sugieren montar obras donde los actores actúen a una distancia de dos metros, o sea, que si tú tienes un escenario de ocho metros, nada más puede haber cuatro actores, eso acabaría con el teatro”.
A Rebeca Moreno, quien es productora y directora del Teatro Xola Julio Prieto, los nuevos lineamientos la dejan con incertidumbre, pero sobre todo preocupación.
“En España los teatros públicos sí pueden regresar a un tercio de su capacidad porque al igual que los Efiartes o las obras públicas aquí, ya están pagadas pero nosotros que invertimos, vivimos otra realidad”.
Tan es así que foros como La Teatrería ha decidido obviar el plan de reapertura y permanecerá cerrada hasta enero.
Las recomendaciones de la Secretaría de Cultura aplican para todo espacio cultural, sea administrado por el gobierno o por particulares.
En su apartado de espacios cerrados se identifica a teatros, foros, auditorios, salas de proyección y cines, pero sobre estos últimos no existe mención precisa en el texto. Actualmente las cadenas exhibidoras de cine elaboran un protocolo.