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Durante los últimos 30 años, Fred Roldán trabajó 330 días en cada uno de ellos y llegó a ofrecer hasta 21 funciones semanales.
Él mismo creaba su maquillaje , confeccionaba su vestuario, se apersonaba en cabina para checar luces y, cuando el día terminaba, caminaba unos cuantos metros para entrar a su cama y dormir.
Roldán, quien falleció hoy a los 62 años de edad, se ganó así el sobrenombre de " Señor Teatro".
Pinocho fue su gran joya de la corona, pero en su propio inmueble ubicado en la colonia Escandón, de la Ciudad de México, también montó "Peter Pan", "El mago de Oz", "La bella durmiente" y "El jorobado de Notre Dame".
En el escenario de apenas 24 metros cuadrados, con capacidad para cien personas, también llegó a presentar antes de la pandemia su versión de "El fantasma de la ópera", observando siempre buena asistencia.
Hijo de un hombre que supervisaba una cadena de cines en Ciudad Victoria, Tamaulipas, Fred tuvo desde niño acceso a las historias. Se imaginaba a sí mismo estando en el lugar de algunos de los personajes, entrenando así su mente.
Tomada del libro "Vida y pasión de un señor teatro", Fred Roldán.
A los seis años de edad estuvo por primera vez frente al público, cuando participó en un evento de Bellas Artes de su entidad natal, donde su hermana era bailarina.
La organización buscaba a un niño que interpretara a un payaso y él alzó la mano. Al final, recordó en una entrevista, se enamoró de la reacción de las 3 mil personas que habían asistido al lugar.
Se aventuró en el teatro desde temprana edad
Adolescente y con la idea de practicar aún más la actuación, se inscribió en el Instituto Andrés Soler de la Asociación Nacional de Actores, porque por edad no fue aceptado en la escuela de Bellas Artes.
Le gustó, pero reconoció en su momento, algo le decía que no viviría de obras escritas por Shakespeare y Moliere. Así que antes de cumplir la mayoría de edad, fundó su propia compañía teatral.
Y cuando decidió adaptar "Pinocho", sin dinero, le dijo al elenco que ellos tendrían que poner de su bolsillo el vestuario y que luego se los pagaría con lo recaudado en las funciones.
Tomada del libro "Vida y pasión de un señor teatro", Fred Roldán.
Apoyado por dos empresarios que creyeron en él, entre ellos Enrique Gou, presentó la obra en varias entidades de la República con éxito.
Ya nunca soltó al personaje de madera, al que interpretó por cuatro décadas. Sólo interrumpidas en diciembre, cuando se tomaba un descanso anual.
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