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Para evitar que las grandes empresas encaminen el cine que debe producirse en México, se plantea un cambio al modelo del Eficine, el cual permite a personas morales destinar su ISR a la producción de películas.
Actualmente el productor busca contribuyentes entre diversas compañías, las cuales optan primordialmente por comedias y ya con las cartas intención, el proyecto llega a Imcine, donde se aprueba.
La comunidad cinematográfica propone que, primero, se autoricen los proyectos en el seno del Instituto Mexicano de Cinematografía y, así, el interesado recorra empresas localizando apoyo económico.
“El estímulo fiscal denominado Artículo 189 debe ser entregado en primer lugar a los productores y los creadores, para evitar que sean los grandes aportantes, es decir, los conglomerados empresariales más grandes del país los que dicten el contenido de las películas”, según un documento.
Esto fue resultado del Foro, El Desafío del Cine Mexicano ¿Dónde estamos, ¿A Dónde Vamos? promovido por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Del Eficine han salido proyectos como La vida inmoral de la pareja ideal, 3 idiotas, Por mis bigotes, Un novio para mi mujer y 600 millas.
Mónica Lozano, productora de No se aceptan devoluciones y Arráncame la vida, señaló la necesidad de modificar las actuales reglas.
“Hay que apoyar todo el cine, no nada más el de aquél que otorga la prerrogativa, que es el contribuyente, y condicione la realidad de los proyectos en función del interés personal y de su marca; si no, estamos siendo parciales en el tipo de contenidos que estamos haciendo”, apunta.
En el documento dado a conocer en el Mercado, Industria, Cine y Audiovisual que se realizó en la Cineteca Nacional, también se habla de la necesidad de cintas en salas comerciales, así que se propone reformar el artículo 19 de la Ley Federal de Cinematografía para que quede establecido la permanencia de títulos nacioles por un periodo mínimo de dos semanas.