Todos los sábados, el Castillo de Chapultepec se viste de otra época, viaja 152 años al pasado, cuando Maximiliano de Habsburgo, segundo emperador de México, meditaba acerca de su imperio y vida en México previo a ser ejecutado.
Por la noche, el Patio del Alcázar se convierte en una celda de Querétaro donde ocurre este monólogo, y así ha sido durante los últimos seis años en los que “Imperio” se ha representado aquí.
Rodrigo González, director, dramaturgo y productor de la obra, comparte que el proyecto ha ido mutando con el tiempo; ahora cuentan con subtitulaje a inglés y una vez al mes se hace traducción al lenguaje de señas.
“Es un viaje en el tiempo, te alejas del bullicio y subes por la rampa en auto o a pie y llegas hasta arriba, te puedes meter al Castillo creado por Maximiliano y luego ver la obra. Él nos dejó el legado de tener el último castillo y poder ver la ciudad por la noche, ver el sol meterse; es un espectáculo único y escuchar en la obra el piano que fue de Porfirio Díaz es un deleite, escuchar a Maximiliano que también nos habla desde su punto de vista como ser humano es algo único”, comentó.
El monólogo está basado en el libro de Héctor Zagal. Maximiliano comparte cómo se sintió engañado, cómo se encontró con un país fragmentado y su reacción ante la orden de fusilamiento.
“Nos va narrando su vida con Carlota, con la India bonita (joven de la que se enamoró), la relación con su padre; va narrando su mirada sobre México, sobre el pueblo indígena y cómo tenía su colección de plantas mexicanas en el castillo. Aún se conserva el jardín botánico de Maximiliano. También nos cuenta su versión de los hechos, que a veces contradicen las versiones oficiales.
El director aseguró que este trabajo, protagonizado por Ricardo Kleinbaum y Ernesto Godoy permite al público ver una historia más horizontal, que motiva a la reflexión. Él mismo ha sido un apasionado de investigar la vida de Maximiliano y de Carlota.
“Siento que fue un ser muy interesante, muy culto, muy sensible, y un poco torpe políticamente. Tomó algunas decisiones que no fueron acertadas y generaron conflictos enormes, era idealista, peleaba y defendía su postura. Veo que era un hombre más bien liberal y quienes estaban aliados con él eran los conservadores, aprendió náhuatl, solo duró tres años el imperio y los alcances que tuvo su legado siguen vigentes”.
Imperio se presentará todos los sábados de agosto, y el 17 contarán con traducción a lenguaje de señas. La música corre a cargo de Alonso Burgos y fue hecha por él ex profeso para la obra.
Prepara montaje sobre Carlota.
Tras apasionarse con el personaje de Maximiliano, Rodrigo considera que es hora de hablar de Carlota, y por ello y prepara un texto para presentar a finales de año.
“La abordaré de otra manera muy distinta a maximiliano, será una pieza unipersonal, teatro danza. Ya tenemos el elenco, el compositor y el intérprete, será chelo lo que usaremos como musicalización”.
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