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janet.merida@eluniversal.com.mx
Mientras que muchos gozan las vacaciones de fin de año, los actores de El hombre de la Mancha disfrutan de subir al escenario y revivir la obra cada día, como si para ellos el tiempo transcurriera de manera distinta. Llegan al teatro con su personaje camuflado entre gorras, bufandas y ropa cómoda preguntando si ya comieron, vocalizando o preparando el vestuario. En una pequeña pausa previa a la primera función del día, Guadalupe Lancho y Ernesto D’Alessio se paran en medio de la escenografía de madera y alzan sus copas brindando por el año que se acaba y el que comienza. Quieran o no, aunque estén vestidos de manera normal, llevan algo de Aldonza, del Quijote y de Cervantes.
“Yo creo que no hay nada mejor en la vida de un artista que cerrar el año arriba de un escenario, es un gran privilegio. No hay nada mejor que El hombre de la mancha para recordarnos lo que es vivir”, dijo Lancho.
A Ernesto, radicado en Monterrey, son tres obras las que lo han hecho alejarse de su familia pero que han valido completamente la pena: Los Miserables, La dama de negro y El hombre de la Mancha. Pero si bien es un sacrificio, el texto del Quijote lo ha trastocado, y más en las líneas que dicen:
“Aspira hondamente la vida/ piensa cómo has de vivirla/ Ama no lo que eres/ sino lo que puedes llegar a ser./ No corras tras los placeres,/ puedes tener la desdicha de alcanzarlos”.
“Son palabras que me digo a mí mismo, quizá en momentos en los que reacciono de manera incorrecta con mi esposa te prometo que se me vienen palabras del Quijote a la mente y me hacen reaccionar, despertar”.
Cosas similares ocurren en el público. No falta en cada función quien se seque las lágrimas, quien le escriba a Guadalupe Lancho para compartir la forma en la que los ha tocado la obra y que para ella, significan su existencia.
“Me dicen que el teatro no sólo es entretenimiento, que esta obra sana y cura corazones y eso es lo que a mí me da sentido, eso le da sentido a mi oficio al haber elegido esta manera de vivir. Yo sí tuve una etapa de reflexión en la que me di cuenta que soy actriz para que me quieran, es una manera de estar en el mundo, que me vean cientos de personas, llegar a su corazón”.
Con la conciencia de que si bien este no ha sido el mejor año para México por los sismos, porque la economía afecta a todos, porque la inseguridad causa miedo o porque podría resultar algo ajeno, para Ernesto, acercarse a Cervantes a través del teatro no tiene nada de aburrido, al contrario.
“Se van a reír con el Sancho, van a volver a soñar, a creer, quizá encuentren un ideal en su vida, un propósito”.
Este cinco de enero celebrarán las 400 representaciones del musical integrado por Guadalupe, Ernesto D’Alessio, Kika Édgar, Gabriel Navarro, Carlos Corona, Enrique Chi, Denise de Ramery y Diego Garza Marín, entre otros.
Guadalupe y Ernesto permanecerán hasta el final de la temporada. Lo que viene después de este montaje para ambos es todavía una incógnita.
“Es muy difícil decir qué sigue después del Hombre de la mancha porque yo tengo 40 años y he tenido la dicha y la fortuna de hacer personajes realmente hermosos y uno quiere crecer, hacer algo que merezca la pena. Yo he dejado pasar propuestas de televisión y teatro porque esto le da sentido a mi vida, la obra literaria de Cervantes es una de las mejores escritas en español”. enfatizó Ernesto.
Guadalupe, por su lado, quiere enfocarse en proyectos audiovisuales en España, pero también buscar conexiones con México. Mientras tanto, disfruta de las tradiciones mexicanas gracias a su trabajo en el montaje.
Antes de terminar la entrevista, compartieron su deseo para México este 2018. “Que no se le olvide a este país lo que fueron durante el terremoto, lo que yo vi, ese ejemplo de solidaridad, de lo que deberíamos ser está en el pueblo mexicano y deseo un año sin temblores”, compartió Guadalupe, mientras que Ernesto agregó:
“Que no se nos olvide el verdadero espíritu del mexicano”.
Mientras que Guadalupe pasará la cena de Año Nuevo descubriendo más de la gastronomía mexicana de la mano de sus amigos, Ernesto disfrutará Acapulco junto a su hermano y familia.