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Si bien la historia de El zoológico de cristal fue escrita a finales de los años 30, su texto tiene mucho qué decirle a los jóvenes de la actualidad, explicó Blanca Guerra, protagonista de esta obra que inició temporada en el Teatro Helénico el viernes.
“Considero que esta obra es muy para jóvenes porque Tom será su espejo, porque si hablamos de la vigencia de esta obra, muchos chicos actualmente no viven lo que quieren, no tienen las oportunidades para realizar sus sueños, de hacer lo que más les gusta, estudiando hasta donde quieran seguir haciéndolo”.
La actriz explicó que en pleno año 2018 se sigue viviendo una economía complicada, casi como cuando fue la crisis de 1929 en Estado Unidos, tiempo en el que se desarrolla la obra.
El zoológico de cristal cuenta la historia de Amanda Wingfield, matriarca de una familia fracturada por el abandono del padre, que domina a sus hijos a través de exageradas historias sobre su pasado esplendoroso. El único proveedor de la casa es su hijo Tom, quien sólo quiere escapar para vivir aventuras, mientras su frágil y tímida hija Laura se retira a su mundo de ensueño.
Para Blanca Guerra era muy importante el estar en esta puesta en escena, porque según sus palabras, desde que era una estudiante le pareció un texto hermoso y entrañable, pero en ese momento el personaje de Laura, la hija, era el más adecuado para su edad, así que decidió esperar hasta que Amanda, la madre, fuera justo para ella.
“Es un personaje que exige demasiado, porque cada una de las escenas que suceden en la obra, compuesta por ocho grandes secuencias, es muy distinta, es como una montaña rusa”.
Otra razón por la cual era importante para ella el estar en este proyecto, es que de las obras de Tennessee Williams esta es la menos montada en nuestro país, habían pasado alrededor de tres décadas desde que El zoológico de cristal se presentó por última vez en un escenario mexicano.
Durante casi dos horas la gente sonrió y se sorprendió con la vida de Tennessee Williams y la difícil relación que tuvo con su madre y el profundo amor que tenía por su hermana, a quien le costaba encontrar un marido, lo que molestaba a su madre.
Guerra aseguró que el buen resultado que están logrando en el escenario, es por la dirección de Diego del Río y el trabajo de sus compañeros Adriana Llabrés, Pedro de Tarifa y David Gaitán. El marco para esta historia es la escenografía de Jorge Ballina.