Todavía no empezaba la función cuando los carteles de "Un corazón normal", donde aparecían los actores Hernán Mendoza y Axel Ricco besándose incomodaban hasta el escándalo. La obra abordaba la lucha de la comunidad LGBT+ por visibilizar el VIH/sida. Era el México de 2013, hace apenas 11 años.
“Aventaban pintura roja en los pósters, bajaban la publicidad en Monterrey y casi no damos función. La gente no soportaba que la foto fuera de dos hombres besándose y no de dos ‘loquitas’, me refiero al cliché que tenemos del homosexual que sale con pelucas y pestaña postiza”, explica Pilar Boliver, quien fue directora de "Un corazón normal" y otros montajes en esta línea, como "Los chicos de la banda".
Para la actriz y escritora, este panorama ha cambiado en la última década, y temáticas como la de salir del clóset, aceptar la identidad sexual o ahondar en enfermedades, ya no provocan tanta polémica.
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En eso la secunda Cecilia Sotres, integrante de la compañía Las Reinas Chulas, quien considera que las nuevas generaciones están poniendo ahora sobre el escenario nuevas problemáticas que van más allá del activismo.
“Hace 20 o 30 años se hablaba del hecho de salir del clóset, era empujar el matrimonio igualitario, que tuviéramos seguridad social si nuestras parejas o esposas tienen... pero ahora se abarcan otras cuestiones como las personas trans, lo no binario, maternidades y paternidades entre parejas de la comunidad, etcétera”, reflexiona Sotres en el marco del Día Internacional del Orgullo LGBT+, que se conmemora hoy y cuya marcha en la Ciudad de México se realizará mañana.
Para ejemplo, una de las obras con más éxito en la última década es "Siete veces adiós", que habla de las etapas y vicisitudes de una pareja y cuya versión alterna, Él y él, muestra que una pareja gay vive lo mismo que una heterosexual.
“Nos parecía congruente mostrar en Siete veces adiós que el amor es amor en cualquiera de sus formas, expresiones, preferencias y orientaciones”, indica Janette Chao.
La compositora y autora de la obra musical, junto a Alan Estrada, Vince Miranda y Salvador Suárez explica que la meta de "Él y él" es mostrar al público que estas relaciones son normales, pues entre las cosas que han cambiado en las temáticas de la comunidad LGBT+, es que ya no se le da importancia al asunto de pertenecer a la minoría, de tener que pedir permiso para existir y ser; ahora, la lucha es por estar en sociedad y amar a quien se quiera.
“Ahora la apuesta es justo por normalizar el amor y las dinámicas entre parejas del mismo sexo. La posibilidad que hoy tenemos desde el teatro y otros frentes creativos de hablar abiertamente de temas de la comunidad LGBT+ ha cambiado sustancialmente, hoy tenemos una libertad que antes no”, añade.
Para Sotres, el cambio en el discurso es también una oportunidad para los miembros de la comunidad de arriba de los 40 años de abrirse a nuevas perspectivas y reflexiones, mientras que Jannette aplaude que en la cartelera teatral de la CDMX hoy exista mayor representatividad no sólo de la comunidad LGBT+, sino de las minorías en general.
“Esto te empodera en tu discurso personal, en tu autoconcepto, en tu autoestima, y me parece súper importante que desde el teatro sigamos empujando a hacer historias que incluyan y que celebren la visión de las minorías, de llevarnos a discursos que nos saquen del dolor y la tragedia. Que de ser una minoría, lo comiencen a poner en un lugar de normalización”, dice Chao.
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Una de las formas de ver cómo la percepción de la gente ha cambiado respecto a la diversidad, es el hecho de que son ahora las grandes empresas las que se acercan a patrocinar alguna obra o musical.
“Antes te decían que no porque era temática gay y no le entraban a eso, pero en la actualidad las grandes empresas hasta ponen sus camiones en la marcha del orgullo”, celebra Boliver.
Sin embargo, la directora pide estar alerta de qué tan consciente es ese cambio, porque muchos lo hacen por “subirse a la tendencia”.
“Aún falta mucho por hacer, porque sigue habiendo bullying e intolerancia; todavía está el miedo de confesar tu preferencia sexual y de género, pero también hay muchas cosas que celebrar, por eso es un avance aunque se trepen en la ola, porque ya están influyendo”.