apunta la mirada hacia el dolor, hacia las que sufren violencia, hacia las que son víctimas del silencio impuesto por la injusticia. La documentalista, que nació en El Salvador en 1972, suele sentirse atrapada por la luz y la sombra, y ha encontrado en México el reflejo de los claroscuros que plasma en sus diversos proyectos, siendo el más reciente "Noche de fuego" , su primer trabajo de ficción que podría estar nominado al Oscar (a conocerse el 8 de febrero).
A finales del año pasado, la Academia reveló que este filme es uno de los considerados para representar a México, luego de estrenarse en septiembre y ser premiada en el Festival Internacional de Cine de Atenas , además del Festival de San Sebastián y ser ovacionado en Cannes.
“El cine nos ayuda a acercarnos a otras realidades, a ponernos en la piel de otros, y, ojalá, a empatizar”, dijo en San Sebastián.
La realizadora también está nominada en la 74 edición de los Premios del Sindicato de Directores de Estados Unidos, en la categoría de Logro Destacado en Dirección de Ópera Prima.
"Noche de fuego" se traslada a una sierra en México donde la comunidad se dedica por necesidad a la siembra de la amapola, tratando de sobrevivir a la violencia constante.
Además, las mujeres se enfrentan con un serio problema: el narco las desaparece cuando dejan de ser niñas, por ello sus madres hacen todo lo posible por mantenerlas ocultas, lo más a salvo posible, y así, entre el sobrevivir a todo, se les va la vida.
La historia se centra en un grupo de amigas a quienes los espectadores ven crecer y darse cuenta de los peligros que corren y de todo el esfuerzo que hacen sus madres para mantenerlas a salvo, así como lo doloroso que es tener que dejar su casa. El filme está disponible en Netflix.
El escenario en el que la cineasta filmó fue la Sierra Gorda de Querétaro, y tiene como coproductor a Danny Glover.
El año pasado, la cineasta triunfó con "Noche de fuego" en la sección Una cierta mirada del Festival Internacional de Cine de Cannes.
A esta película le antecede el documental "Tempestad", donde Tatiana contó la historia de dos mujeres, Miriam y Adela, que traen a cuestas dos profundos dolores, dos injusticias: una, el ser acusada injustamente por tráfico de personas; y la otra, la desaparición de su hija.
Con este documental, la cineasta se convirtió en la primera mujer en ganar un Ariel por Dirección, en 2017.
“Muchísimas gracias a la Academia, muchísimas gracias a toda la gente del cine por este Ariel, es un honor y creo que es importante decir, gracias de verdad por abrir este espacio tan importante para reconocer al documental mexicano como una obra cinematográfica, con todos sus aspectos creativos, que no son pocos”, dijo al recibir la distinción.
Adela, del documental "Tempestad", es tía de Mayra Membreño, la protagonista de Noche de fuego, una unión que decidió hacer la cineasta en busca de justicia, y una forma de tener esperanza en encontrar a Mónica, la hija de Adela.
Filmó en la comunidad Las Neblinas, en Querétaro, con niños que no son actores.
En sus historias, Tatiana no es gráfica y no lo necesita, transmite con maestría al espectador los dolores, el terror, el miedo, la desesperación por la que atraviesan sus personajes, especialmente las mujeres, golpeadas por la pérdida, por la injusticia, por el dolor y un futuro incierto.
Pese a lo importante de su labor al documentar este tipo de historias, en una entrevista reciente con EL UNIVERSAL, expresó lo complicado que es salir adelante económicamente con un trabajo como el suyo.
“Como documentalista es difícil vivir del cine, hacemos muchas cosas, atesoro, sigo dando clases, (también) magistrales y eso también me ayuda, tampoco aspiro a volverme rica en el cine. Soy una mujer que ahorra mucho y que cuida los recursos para poder seguir haciendo lo que me gusta”.
En 2012 dio a luz su primer trabajo, "El lugar más pequeño", (precedido por el cortometraje "Tiempo cáustico"), aquí, muestra otro dolor pero de la tierra que la vio nacer: los efectos de la guerra civil en El Salvador, y lo traumático que fue para sus habitantes desplazados volver a casa y ver el lugar en el que crecieron destruido, y la forma en la que tratan de seguir adelante, de reconstruirse, llevando a cuestas el dolor y la memoria.
La historia nació de una visita de Tatiana al poblado de Cinquera por invitación de su abuela, originaria de allí.
Al llegar al pueblo, todo lo que la cineasta vio le dio un vuelco: había metrallas en las casas, algunas paredes tenían nombres pintados y en la iglesia había una cola de helicóptero militar con la que llamaban a misa, así como retratos de adolescentes guerrilleros que habían muerto en la batalla. Entonces supo que tenía que contar esa historia, que tenía que recuperar los testimonios del pueblo, que se mezclan con sus fantasmas.
Esta guerra comenzó en octubre de 1979, dejando a su paso profundas heridas que Tatiana documentó durante nueve semanas.
Lo impactante y bien hecho de dicho trabajo la llevó a ser merecedora de varios premios, entre ellos por mejor documental en el Festival Internacional de Documentales de Corea DMZ en 2011; como Largometraje Documental en los Ariel, y también una mención especial en el International Documentary Film Festival de Munich, entre otros.
Luego de ganar el Ariel por Tempestad, la realizadora señaló en una entrevista la gran inspiración que han sido para ella y para su trabajo ver a otras mujeres en estos terrenos, entre ellas María Novaro, Natalia Beristáin, entre muchas otras, y se dijo esperanzada de que en el futuro muchas otras mujeres sostengan ese mismo trofeo.
Si bien por ahora se encuentra a la expectativa de las nominaciones al Oscar, Tatiana Huezo no para, sigue trabajando y lo hace de vuelta en eso que la apasiona: el documental.
Su nuevo proyecto lleva por nombre El Eco, y se realiza en Puebla.
“Es una película sobre la infancia de niños campesinos, del eco que dejan los padres en los hijos. Tenía ganas de volver a pisar tierra mirando a los ojos de otras personas, lo disfruto mucho”.
Consciente de los retos del cine pero también de lo necesario, de su importancia a la hora de contar historias, Tatiana siempre dice que el cine no debe ser visto solamente como algo comercial, sino como un bien para el público, una forma de reflexionar, de cambiar, de compartir, de hacer saber.
En 2017 se convirtió en la primera mujer en ganar un Ariel en la categoría de Dirección, por su documental "La tempestad".
"Noche de fuego" es su primera ficción que se perfila a estar nominada en los Oscar.
Su ópera prima fue "El lugar más pequeño", donde habla de los efectos de la guerra civil en El Salvador.
“Como documentalista es difícil vivir del cine. Soy una mujer que ahorra mucho y cuida los recursos para seguir haciendo lo que me gusta”
. Tatiana Huezo . Directora de cine