Para ser un sobreviviente de "Survivor México" hay que soportar cansancio, desolación, climas extremos, dolores físicos, y se requiere además de habilidades para enfrentar los desafíos, ser fuerte y tener el hambre como uno de los motores para salir adelante.
Todo esto lo tienen presente los participantes del programa, que mañana llegará a su final por Azteca 7 cuando se conocerá al acreedor del premio de 2 millones de pesos.
El anfitrión del programa, Carlos Guerrero Warrior, considera que uno de los procesos más complejos para los competidores es la falta de alimento.
“Tienen que ganárselo”, advierte, “si no lo consiguen con los triunfos, tendrán que ir a pescar, buscar árboles con mangos o bajar cocos de las palmeras y con ello sobrellevar más o menos su día a día”.
En entrevista desde República Dominicana, donde se graba el reality de supervivencia, el conductor señala que han tenido que aguantar estos días una onda de calor, pues han estado a temperatura de hasta 42 grados centígrados.
“Por las noches hay frío, con insectos, muchos animales, picaduras de alacrán, mordeduras de cangrejos, nos enfrentamos a un mundo de situaciones que los ponen al límite, pero es parte de la magia”.
Hasta el momento quedan cinco semifinalistas y para la gran final de mañana sólo estarán tres; el primer lugar lo ganará quien obtenga más votos del público a través de la app de TV Azteca en vivo; así concluirá el reality que inició el 22 de mayo.
Para cada programa se requiere “un mundo de gente”, detalla Warrior: 110 personas, entre camarógrafos, expertos en audio, edición y demás; se utilizan unas 14 cámaras, hay dos de drones y dos grúas con las que graban escenas de altura.
Las 24 horas hay un equipo que está al pendiente de los participantes, incluso mientras duermen, pues se graban escenas nocturnas y las conversaciones que realizan.