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Paola Lara, de la comunidad Floresta en Chiapas, tenía ocho años y ningún conocimiento de lo que era el cine, cuando le llegó la oportunidad de protagonizar una cinta en tono de comedia sobre una niña con cáncer.
En "Los pacientes recurrentes", ópera prima de Mario Lucero Beauregard, la pequeña fue elegida después de haber visto a más de 500 niños no actores, porque la idea del realizador era tener a alguien de Chiapas, de donde es el personaje.
En el filme, la niña se encuentra en fase final de la enfermedad, así que decide pasar sus últimos días en su pueblo natal junto con un grupo disímbolo de acompañantes: un alcohólico (Hernán Mendoza), un exmilitar (Eligio Meléndez), un joven que gusta de las drogas (Mauro Sánchez Navarro) y una enfermera (Sophie Alexander Katz).
“Trabajé años para fundaciones haciendo documentales y publicidad para niños con cáncer y me tocó vivir un poco sus historias”, cuenta el realizador.
En esa experiencia, conoció a una adolescente de 12 años que ya sabía el estado de su enfermedad y lo único que quería era irse a su casa en Chiapas.
“Me pareció algo muy fuerte. Un día me encontré con sus padres diciéndome que había fallecido sin lograr su sueño y eso fue un trancazo para mí, de alguna manera intenté sacar eso escribiendo, como catarsis, sin pensar en película, de pronto se convirtió en guión”, añade.
Al principio, dice, no quería hacer una comedia, pero fue adoptando visos de ella con drama, como considera es la vida. Así, en algún momento se ve al personaje de la pequeña engañar a la gente para pedir dinero y, en otra, en un table.
“Uno desde afuera tiene miedo de tocar ciertos temas pero entre ellos, cuando ya asimilan la enfermedad y la viven, se burlan entre sí, uno va aprendiendo de eso”, dice el realizador.
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