St. Vincent rockea y demuestra su destreza para dominar las cuerdas de su Ernie Ball Music Man, su guitarra consentida, en el Corona Capital, y lo hace llena de energía, bailando, contorsionandose asemejándose a un títere, sin perder nunca la elegancia que la caracteriza.
Con un traje formal, pero usando medias negras, en sustitución de pantalones, la cantante se recostó en el piso para cantar "Reckless", el tema con que dio paso a su actuación en el escenario principal del festival; el "Corona".
“Muchísimas gracias, México City”, gritó, y el público, entregado, la ovacionó a ella y a su banda, debido a la gran potencia que generan con la ejecución de sus instrumentos.
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Pero la audiencia no fue la única que contemplaba, la misma St. Vincent se detuvo unos instantes a apreciar la forma tan imponente en que se avistaba la luna durante su show proseguía con canciones como "Fear the future", "Los Angeles" y "Big time nothing".
Después, la guitarrista, catalogada como una de las mejores del mundo, bajó del escenario para entrar en contacto físico con su público; el público la levantó y la sostuvo en lo alto y cuando casi pierde el equilibrio no pudo evitar la risa mientras cantaba y exclamaba: "me encantas México".
Y aunque estuvo muy cerca de sus fans, sus guardaespaldas la acompañaron en todo momento.
Para cerrar, continuó el performance acompañada de un bajo rockero y un sintetizador que distorsionaba su voz hasta volverla robótica, y mezclando elementos del tecno con el rock y una voz cercana al metal. Todo sin perder el porte, serio, sobrio, pero bailando con la boca abierta atacando la guitarra de forma intrépida.
Cuando parecía que se besaría con su bajita, mientras tocaban "All born screaming", el beso no se concretó y la cantante se despidió dejando a los fans ávidos de más.
melc