Hace catorce años, tres meses y 19 días, pocos lo tienen presente, pero fue cuando Silvia Pinal hizo suyo al Palacio de Bellas Artes.
El 25 de marzo de 2008, justo en la 50 entrega del premio Ariel, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas decidió que la diva del cine mexicano que ya rondaba cerca de las 90 producciones en su filmografía, recibiera la estatuilla de oro a su trayectoria.
Diana Bracho, expresidenta de la AMACC, había pugnado durante su mandato que dicho reconocimiento siempre tenía que ser otorgado a quienes pudiesen caminar, hablar, ver y oir sin problema, porque así el elegido los disfrutaría.
Esa noche, Pinal no pasó por la alfombra roja, precisamente reservándose para el gran momento. Pero sí caminaron por ahí sus hijas, la roquera Alejandra Guzmán, que no dejaba de agradecer a todos, lo mismo que Sylvia Pasquel, que aseguraba tener a la mejor mamá del mundo.
Y ella las recordó sobre el escenario, donde fue recibida por toda la sala en pie y desbordada en aplausos.
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Lo que se vivió dentro de la sala
"Quiero dedicar este Ariel a mis hijos que me han acompañado a lo largo de toda esta vida cinematográfica, a mis amigos y compañeros con los cuales he tenido la oportunidad de trabajar", abrió Pinal su agradecimiento.
"Esto es un reconocimiento a mi trabajo. Este es un momento memorable en mi vida", recalcó.
El teatro, dijo, era una fuente inagotable de creatividad y emociones; la televisión le había dado infinitas alegrías, pero el cine, al que ingresó cuando tenía apenas 17 años, era lo mejor.
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"Es la joya de la corona", exclamó entre los aplausos de quienes ahí estaban.
Y aprovechó para recordar el día que la estrella francesa Catherine Deneuve ("Belle de jour" y "8 femmes") reconoció tenerle envidia.
"Por haber trabajado tres veces con Luis Buñuel", comentó entre risas Pinal, quien con el realizador español hizo "Viridiana", "El ángel exterminador" y "Simón del desierto".
Ese año de 2008, Pinal estaba por completo activa. Con 77 años a cuestas, realizó semanas después de la ceremonia, el doblaje de una osa villana en la animación mexicana "El agente 00-P2" y algunos episodios de la telenovela "Fuego en la sangre", preparándose para que en 2009 se integrara a un episodio de "Mujeres asesinas".
El cine, su amor real, la volvió a llamar en 2013 para una actuación especial en "Tercera llamada", película de Francisco Franco, su amigo, quien la había convencido de interpretar a una delegada de la ANDA.
El 29 de agosto, es decir, en poco más de un mes, Pinal volverá a pisar el Palacio de Bellas Artes como homenajeada, aunque ahora el evento impulsado desde el gobierno federal.
La Sala Principal, ya la espera.
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